Cada vez son más las personas que manifiestan problemas de descanso, o bien, insomnio. Por este motivo, para los expertos urge educar y reeducar en esta temática. Según diversos estudios, el estrés, la ansiedad y las preocupaciones provocadas por realidades económicas o familiares aparecen como las causas principales.
“Ser seres productivos”, dedicados a lo que sea todo el rato, “no deja tiempo para el sueño”, lo cual perjudica al sistema nervioso que en el sueño necesita ser reparado tras un día de actividad, de no parar. Así lo indican expertos en neurofisiología clínica.
De este modo, no se favorece una correcta higiene de sueño, hay desajustes en horarios de la cena o momentos de acostarse y levantarse en la noche, no hay adecuadas alimentaciones nocturnas, entre otras falencias. Por todo ello, recuerdan que se conoce poco sobre el insomnio y resulta clave ahondar, sobre todo, en cinco puntos:
-El poco conocimiento: Para los expertos, el insomnio “es un gran desconocido” a pesar de que todas las personas han tenido episodios en los que no se ha podido dormir, o se ha dormido peor. El insomnio incluye una tipología sobre la que prevalece la ignorancia. Se conoce el insomnio crónico, se conoce el derivado de particularidades hormonales o el que proviene de trastornos de hiperactividad, entre otros. Pero la constatación, el punto de partida es que se sabe poco.
-Educación: "A la sociedad le falta educación sobre el sueño", la cual debe comenzar en el colegio pero no sólo quedar en la infancia. Los docentes deberían tener conocimiento para detectar problemas de sueño en sus alumnos. Niños o niñas que se muestran cansados, o a los que prestar atención les resulta costoso, pueden ser niños o niñas con problemas de sueño.
Además, al margen de la edad, "la gente debería conocer hábitos de higiene del sueño como las conveniencias de cenar pronto y cenar liviano, no usar pantallas antes de acostarse, mantener regularidades al irse a dormir y para despertar, entre otros".
-Formación: “Las enfermedades del sueño no tienen cabida actualmente en el sistema sanitario”, sostienen, y no existe “una estrategia común” o un protocolo que, además de definir el itinerario clínico, defina preguntas de médico a paciente encaminadas a un diagnóstico lo más certero posible. Sería fundamental, no obstante, volver al origen, mirar a la universidad la cual debería garantizar más y mejor información al respecto. Y del mismo modo que una mejor formación facilitaría el diagnóstico, facilitaría también la derivación a unidades especializadas.
-Terapias: Además de reparar en las limitaciones del tiempo de consulta y en la saturación de trabajo de los médicos y médicas de atención primaria, especialistas en el sueño reclaman la adopción de terapias cognitivo-conductuales para “educar en buenos hábitos de sueño”. En tal sentido, afirman: “Enseñar hábitos, educar y reeducar. Por ejemplo, ¿qué hacer si te despertás por la noche? Tendemos a quedarnos en la cama, dando vueltas, cuando lo positivo es levantarse y hacer actividades, digamos, que parecen aburridas, no sé, hacer un rompecabezas. Al cerebro, así, lo vas reeducando. Esta educación sobre el tiempo en el que estar en la cama es muy importante y una herramienta efectiva”.
-Mitos: Existen mitos instalados en el imaginario colectivo, como la garantía de descanso si se duermen exactamente ocho horas o todo lo que cabe en el dicho popular "A quien madruga, Dios lo ayuda". La desinformación no es un obstáculo pequeño llegados a este punto. Dos ejemplos más: pocas horas de sueño, si son de calidad, reparan mejor o que los trastornos en el descanso nocturno depende en gran medida de la personalidad. “El insomnio está infradiagnosticado porque no se ve como problema, la gente asume que es así, que no duerme o duerme mal, y lo ve como algo propio de ciertas circunstancias, por ejemplo la menopausia en mujeres. Y entonces no lo comentan con el médico”, concluyeron. Por todo ello, resaltan que ante una dificultad en el descanso, no duden en consultar.
Fuente: EFE.



