En el mes de la salud mental, distintos factores se conjugan en pos de prevenir y abordar diferentes situaciones que pueden afectarla. En tal sentido, la crianza en niños resulta clave para dar los primeros pasos en la propia gestión de las emociones, la posibilidad de obtener espacios de escucha atenta y de presencia real por parte de los adultos.
En el marco de su ciclo de charlas, “Federada Encuentros”, desde Federada Fundación impulsan espacios con diversos profesionales que ayudan a abordar distintas temáticas. En el primero, el foco se puso en los principios de la crianza respetuosa y la posibilidad de ahondar en distintos factores como el uso de las pantallas y el rol adulto frente a estas adversidades.
La prevención comienza en casa
Con la premisa de prevenir diversas problemáticas ligadas a la salud mental, el acento se coloca sobre las bases construidas desde las infancias a partir de una crianza consciente, respetuosa y amorosa.
“Hablar de crianza es, también, hablar de bienestar emocional y de salud mental”, proponen en diálogo con Rosario3. Los límites con ternura, aunque firmes, resultan indispensables; y las pantallas parecieran ser el factor desencadenante para que estos, en reiteradas ocasiones, se vean más endebles.
Sobre ello, en la charla “Crianza Digital. Cómo construir mapas para educar entre pantallas” a cargo de Lucía Fainboim, especialista en ciudadanía y crianza digital, se enfatizó el rol que las pantallas adquieren y la sobrecarga de estímulos que “nos lleva desde niños a actuar en piloto automático”. Bajar esos ruidos es una de las grandes tareas de los adultos en tanto mediadores de estos recursos frente a los niños.
Las pantallas y los más pequeños
Para mediar adecuadamente entre los niños y las pantallas, la profesional mencionó que la primera edad de obtención de un dispositivo móvil propio es de un promedio de 9,6 años. Este hecho a tan temprana edad también genera un alto uso de redes y exposición a contenidos nocivos. Por todo ello, resulta clave acompañar y no “dejar a los chicos y las chicas a la deriva”.
Por otra parte, se ahondó en el lugar actual de los juegos online y cómo afectan a los cerebros de los más pequeños incluyendo adolescentes, con sus psiquismos aún en pleno desarrollo. En tal sentido, el sistema de recompensas se activa notoriamente y, con él, mayor predisposición a un consumo problemático, chats con desconocidos, entre otros factores de riesgo que se sugieren controlar de cerca. “Es fundamental bloquear chats y revisar las edades mínimas para acceder a estas plataformas”, indicaron.
En cuanto a las redes sociales, están pensadas para mayores de 14 años, un momento crucial para la construcción de la identidad y adquisición de identificaciones. En este aspecto, es clave que los adultos conversen en torno a la privacidad, estereotipos, así como situaciones como el grooming y el ciberacoso.
Y, finalmente, en caso de que niños y adolescentes cuenten con un dispositivo propio, es clave acompañar de cerca (configuración, tiempos, espacios), a la vez que evitar el uso antes de dormir, durante las comidas, como alternativa para calmar berrinches y si se está al aire libre, donde resulta indispensable el contacto real con otros y la naturaleza.
Criar con corazón y conciencia
Otra de las charlas, denominada “Criar con corazón y conciencia”, a cargo de la Lic. en Orientación Familiar Sofía Chas, hizo foco en la crianza presente con firmeza y ternura. “Los límites claros y la empatía son los grandes pilares”, sostuvo la profesional.
De este modo, se abordó el pasaje de modelos autoritarios/permisivos a un modelo equilibrado, en donde se busca validar la emoción, se limita la conducta y el error es concebido como posibilitador de aprendizaje. Asimismo, se ahondó en cuestiones como el apego seguro y las expectativas realistas según cada etapa, con menos exigencia y mayor permisividad para el disfrute.
“Los adultos aparecen como brújula: con presencia, escucha, curiosidad, juego, reglas claras, y una permanencia cercana”, indicaron. Así, se propone al adulto como modelo en el sentido de cuidar el modo en el que se trata a los demás, evitar el sarcasmo, los gritos o la descalificación.
Finalmente, se abordó el concepto de “coregulación emocional”, el cual refiere a la posibilidad de entender la emoción, poner límites y acompañar el dolor. Las madres y padres deben ser así “suficientemente buenos”, es decir, no apelar a la perfección pero sí sostener y sostenerse en una constancia.
Este encuentro resultó el primero de varios en agenda que posee Fundación Federada. Para más información, dirigirse al perfil de Instagram oficial @fundacionfederada.



