En cada rincón de las aulas argentinas, llega ese momento del año que puede poner los nervios de punta: la temporada de evaluaciones. Pero tranquilos, docentes y padres, hay estrategias sencillas para ayudar a nuestros estudiantes a enfrentar estos desafíos con más calma y confianza.
La importancia de entender el estrés
Primero, hablemos claro: un poco de estrés no es malo. Esa adrenalina previa puede motivar a los estudiantes a estudiar y dar lo mejor de sí mismos. El problema surge cuando ese estrés se convierte en algo abrumador. Como dice la psicóloga educativa María Fernanda Giusti, “El estrés excesivo puede bloquear el aprendizaje y generar un círculo vicioso de frustración”.
Estrategias para docentes
Acá van algunas ideas que se pueden implementar en el aula:
- Planificar con tiempo: No hay nada peor que avisar un examen de la noche a la mañana. Comunicar con anticipación las fechas y contenidos da a los estudiantes tiempo para prepararse.
- Fomentar la práctica: Realizar simulacros o actividades similares a los exámenes puede ayudar a reducir el miedo a lo desconocido.
- Hablar sobre el error como aprendizaje: Recordarles que equivocarse es parte del proceso y no el fin del mundo puede aliviar la presión.
- Incorporar técnicas de relajación: Dediquen cinco minutos antes del examen a una respiración guiada o una meditación breve. Es asombroso cómo esto puede calmar los ánimos.
Estrategias para padres
Papás y mamás también tienen un rol crucial. ¡Acá van unos consejos prácticos para ayudar desde casa!
- Establecer rutinas: Un horario regular para estudiar evita maratones nocturnas de último momento.
- Alimentación y descanso: Un buen plato de milanesas (o lo que prefieran) y dormir las horas necesarias pueden marcar la diferencia en el rendimiento.
- Evitar presiones innecesarias: En lugar de decir “Tenés que sacar un diez”, prueben con un “Hacé lo mejor que puedas”. Esto refuerza la confianza sin generar más tensión.
- Fomentar pausas activas: Entre sesión y sesión de estudio, un ratito de juego o deporte ayuda a despejar la mente.
Cómo reconocer el exceso de estrés
A veces, el estrés puede ser más difícil de manejar. Es importante estar atentos a señales como:
- Cambios bruscos de ánimo.
- Dificultad para dormir.
- Pérdida de apetito o exceso de comida.
- Quejas frecuentes de dolores de cabeza o estómago.
Si estas señales persisten, puede ser momento de buscar ayuda profesional.
Más allá de las notas, lo importante es el aprendizaje y el bienestar de los chicos. Como diría Mafalda, “Paren el mundo, que me quiero bajar”. Si ayudamos a que las evaluaciones sean menos aterradoras, les damos herramientas para enfrentar los desafíos de la vida con confianza y tranquilidad.