La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, lanzó una cruzada contra el “ocio” en las cárceles federales con el anuncio del programa “Manos a la obra”, que apunta a que los presos se encarguen obligatoriamente del mantenimiento de los penales.

“Este lanzamiento es un punto muy importante en el camino de las transformaciones y la reestructuración del Servicio Penitenciario Federal (SPF), y de la relación que tienen las personas privadas de su libertad con la deuda que tienen con la sociedad”, sostuvo Bullrich este jueves en la presentación de este programa, realizada en Complejo Federal de Mujeres Nº 4 de Ezeiza.

La propuesta de Bullrich no apunta al trabajo remunerado, sino a la obligación de que los presos mantengan su espacio de alojamiento con arreglos generales, una actividad que ya se da de hecho en más de una cárcel de la Argentina.

“El ocio en las cárceles genera más violencia y menos reinserción social; se altera el orden. La propuesta es que todas las personas trabajen para el mantenimiento del espacio que habita”, dijo la funcionaria en un post de X, donde promocionó la iniciativa.

En diálogo con El Contestador (Radio 2), Felicitas Beccar Varela, directora nacional de Reinserción Social, ratificó que ya se aplicaron pruebas piloto de “Manos a la Obra” en el penal de jóvenes adultos de Marcos Paz, donde los reclusos acondicionaron y pintaron sus celdas y el pabellón.

Mientras que en el Complejo 4 de mujeres de Ezeiza, el personal penitenciario organizó un esquema para que las internas se encarguen del mantenimiento de los edificios.

“Actualmente, se están terminando de pintar los interiores de las instalaciones para continuar con el exterior, y esto se replicará en todo el país”, aseguraron desde el Ministerio de Seguridad.

El programa también incluye la implementación de sistemas biométricos para el control de horarios, afirmaron.

Beccar Varela aclaró que “Manos a la obra” no apunta al trabajo remunerado y a la producción como el programa nacional “Cárceles productivas” que promueve el trabajo en las personas privadas de la libertad.

“Las cárceles tienen que ser sanas y limpias, no para castigos sino para la reinserción. Y el Código Penal de la Nación dice que las personas privadas de su libertad deben hacerse cargo de mantener las instalaciones penitenciarias y de pagar con su trabajo aquello por lo que hoy están detenidas”, justificó Bullrich.

“El ocio además no es un tratamiento penitenciario. Es entrar en la cultura tumbera y no lo vamos a permitir; esa es la cultura de la destrucción social. A partir de ahora, todos los presos van a trabajar”, prometió Bullrich.