Muchas son las carreras terciarias que se ofrecen bajo el ámbito del Ministerio de Educación y que son públicas. Y cada vez hay más en tiempos de especialización. Sin embargo, existe una propuesta que es única en la provincia de Santa Fe y de la que, aseguran, tiene salida laboral. Se trata de la carrera de técnico en diseño del paisaje. En la jerga es el conocido “paisajista”, y cuenta con colegiatura y matriculación.

La Escuela de Paisajismo (Iset 52) es única en su tipo en toda la provincia, porque es la única carrera pública para aprender a diseñar paisajes, que es mucho más complejo que el oficio del jardinero y muy diferente (aunque con sus puntos coincidentes) a la carrera del arquitecto. El establecimiento donde se estudia esta carrera se encuentra en Rosario (en calle Laprida 1557), y dada su unicidad, recibe estudiantes de otras provincias como Buenos Aires y Entre Ríos, así como de varios pueblos de Santa Fe.

El título que se obtiene es Técnico en Diseñador Paisajista, y tiene considerable salida laboral, según destacaron desde la institución. Sus egresados arman su propio equipo de trabajo profesional, o son contratados en estudios arquitectónicos, ya que sus conocimientos específicos en diseño del suelo urbano no los tiene un arquitecto.

Aunque muchos desconozcan su existencia, la Escuela de Diseño del Paisaje tiene más de 30 años en su historia, y es de las primeras carreras públicas terciarias provinciales. Su rectora, Ana María Cicchini, recibió a Rosario3 en la escuela, donde precisó que “es mucha la teoría que aprenden, pero también realizan prácticas profesionalizantes en varias áreas en convenio con la Municipalidad”.

Las materias abordan principalmente el diseño como materia troncal.

La del diseño paisajístico es una carrera de tres años, pero tiene una alta carga horaria y una exigencia que no tiene nada que envidiarle a una licenciatura. “En un proyecto el diseñador paisajista te va a hacer todo el legajo técnico, el legajo de imagen y también la provisión de los componentes vegetales que hacen a ese diseño. Se puede decir que la carrera se compone de 60 por ciento diseño artístico paisajístico y 40 por ciento vegetal”, destacó su rectora.

En torno a la salida laboral, precisó: "Los graduados dicen que es una carrera muy demandada, y la mayoría termina trabajando en estudios de arquitectura. Y me parece fantástico que los estudios empiecen a pensar en esta posibilidad del trabajo interdisciplinario, porque la carrera de Arquitectura no enseña la ambientación ni la ubicación de las componentes vegetales”.

La rectora destacó la multiplicidad de conocimientos que adquiere un diseñador paisajista, que “va desde la escala doméstica (aprender a diseñar un patio de una casa, un jardín delantero o trasero, un balcón o una terraza), hasta un espacio de escala urbana y privado de uso colectivo (como los espacios comunes de los countries o los espacios de grandes intervenciones urbanas como el parquizado en Puerto Norte). Y también, aprenden a diseñar en la escala territorial, ya que realizan intervenciones sobre grandes espacios contenedores entre las autopistas o en parcelas de campos”.

Como se mencionaba, la carrera tiene alta carga horaria, y su cursado es por la tarde debido a que son muchas las ocasiones en que se realizan salidas a predios urbanos, parques y plazas. Entre esas salidas, Ana María destacó: "Cada año realizamos intervenciones en algún lugar de la ciudad a través de un workshop, en el que dividimos a todo el alumnado en grupos de trabajo, mezclando los tres niveles de la carrera. Entonces, aprenden mucho de sus propios compañeros y realizan una práctica in situ, en la que evaluamos como aplican los conocimientos”.

Los alumnos realizan salidas y prácticas profesionalizantes para terminar la cursada con conocimientos laborales.

A lo largo de la carrera, las materias brindan conocimiento general sobre la botánica y la vegetación de cada clima, el estudio de los suelos y minerales, y el vínculo con los insectos. En construcción, los alumnos aprenden sobre la materialidad para crear un jardín en algún espacio. También, sobre legajos, administración y legislación, y por supuesto, a nivelar un terreno. En planeamiento urbano y regional aplican el conocimiento de la ciudad, con sus componentes, tejido y trazados, ya que ante cualquier diseño que se proyecte, hay que conocer el contexto urbano donde se va a emplazar, y basándonos en eso ver qué vegetación aplicar.

Otro aprendizaje que se destaca es en torno a la evolución del jardín en las sociedades, desde sus orígenes en la cultura: “Los alumnos aprenden desde la los jardines colgantes de Babilonia hasta el jardín contemporáneo. Y pasan por jardín inglés, el jardín romano, el jardín islámico, el japonés, el asiático. Es importante la cultura general porque después se aplica a lo que uno busque diseñar”.

Radiografía e historia de la carrera

En la década del 90' el paisajismo tuvo su auge en el mundo, y esta carrera fue pensada entre profesionales de la arquitectura y de la biología. La escuela en Rosario nació en el año 1990 en el establecimiento de la Escuela Gurruchaga, y pertenecía al entonces Ministerio de Educación y Justicia de la Nación.

Luego, en 1997 pasó a ser una carrera de carácter provincial, y se mudó a la esquina de Riobamba y Berutti, frente a la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). “Yo empecé en esa sede como profesora en la escuela en el 2008. Y en seguida, e. 2009, fuimos trasladados por Provincia a esta sede de calle Laprida”, recordó Ana María.

En los primeros años, se acercaban a estudiar mujeres amas de casa que “pensaban que era un curso de jardinería, y se dieron cuenta de que era una carrera de mucho estudio”. Fue así que los estudiantes fueron cambiando, y hoy, suelen inscribirse jóvenes que terminaron el secundario, personas con alguna formación técnica, o profesionales ya formados que les quedó pendiente, como arquitectos o ingenieros agrónomos.

La rectora agregó que desde hace unos años esta escuela tiene el honor de contar con un logo que fue realizado por Roberto “Negro” Fontanarrosa, ya que una de las creadoras de la escuela, Adriana Lamanuzi, ex docente y miembro del grupo fundador, era su amiga y se lo solicitó. Entonces él gentilmente esbozó “este árbol con dos piernas debajo y dos personas regándolo arriba”.

El logo del ISET 52 realizado por Fontanarrosa


El cursado contiene toda clase de conocimientos, aunque sin dudarlo, la rectora aclaró que “Diseño es el eje troncal”. Las materias son: Diseño I, II y III; Botánica y fisiología vegetal; Edafología y Climatología; Vegetación Ornamental I, II y III; Historia del Arte y del Paisajismo; Práctica de Cultivos e Instalaciones; Diseño y Computación; Fitopatología y Terapéutica Vegetal; Construcciones e Instalaciones; Ecología y Sociología; Césped y Riego; Taller de Diseño; Planeamiento Urbano y Regional; Administración y Legislación Vigente; Ejecución y Conservación; Topografía y Maquinarias.

Tras rendir todas las materias, antes de realizar una tesis final –proyectos de intervencióna escala urbana– los alumnos realizan prácticas profesionalizantes bajo acuerdo con varias áreas de la Municipalidad de Rosario, como en Planeamiento, Parques y Paseos, Cultura o Espacios Públicos. “Deben cumplir 200 horas de práctica, que son más o menos dos meses y medio, y realmente los resultados son buenos porque aplican los estudios en una inserción laboral real”, destacó.

Una nueva carrera en puerta para quienes quieran ser jardineros

Ana María Cicchini adelantó a este medio que fue presentado un pedido al Ministerio de Educación de la provincia, una nueva carrera que se va a llamar Técnico Superior en Jardinería, por lo que se esperan novedades prontamente sobre su aprobación. “El objetivo es formar expertos profesionales en la jardinería, con formación de tres años de carrera, para que sean quienes aporten el conocimiento en la morfología de la planta, y complementen el trabajo del paisajista”, detalló.

Los paisajistas que trabajan con un equipo contratan jardineros, y muchas veces no es suficiente la formación que estos tienen. “Cuando hablo con los paisajistas les digo: que sepa cómo hacer un foso para poner un árbol y ese foso tiene determinada dimensión, tiene determinada profundidad, tenés que observar la tierra, etcétera y eso lo saben quienes tienen formación en jardinería”.

De esta manera, las autoridades del Iset Nº52 esperan sumar esta otra carrera, que “buscará complementa al paisajista con su conocimiento de las plantas, así como un maestro mayor de obras complementa al arquitecto, para que los ladrillos después no queden torcidos”.