Este jueves a las 21, en el teatro de Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza), se presentará el Inés Estévez Quartet, grupo encabezado por la cantante y actriz. La formación recorre un repertorio en inglés y español, fusionando jazz, blues, soul, swing y bossa. Estévez estará acompañada por Mariano Agustoni, en piano; Ezequiel Dutil, en contrabajo; y Javier Martínez Vallejos, en batería.

Tanto diálogo con Radiópolis y como con el programa Podría ser peor, ambos, de Radio 2, Estévez habló de su ingreso al mundo de la música, de cómo el jazz la “abrazó”, del repertorio elegido y las versiones, y aseguró que para ella “todas las canciones son perfectas” pero “algunas” la “conmueven más por el contenido y por el valor del la melodía. Eso, quizás, las hace perfectas”.

Además, adelantó que el espectáculo de este jueves, cuyas entradas pueden adquirirse en la boletería del espacio cultural y a través del sistema entradaslavardén.com.ar, será “una fiesta, un viaje musical” en el que “el público estará muy involucrado”.

No hago nada en términos de perfección sino de sentimiento. Todo lo que hago, que me sale más o menos bien, es así porque lo siento, porque pasa por mi sistema y eso genera el escozor y el placer de la identificación”, indicó en la charla con Radiópolis.

En la entrevista con Podría ser peor (PSP), Inés se refirió al recital “como una fiesta”: “Lo que se genera en estos shows es una intimidad muy similar a la de un living entre amigos, más allá de que sea una sala teatral”.

Es un viaje musical en el que involucró a la gente, un contacto despojado de cualquier artificio. Que sea natural, fresco, espontáneo, verdadero y genuino”, abundó.

Un proyecto para personas adultas con discapacidad


La charla PSP también avanzó sobre la crianza de sus hijas y el constante pedido por los derechos de las personas con discapacidad. En este punto, dio detalles de un proyecto que tiene destinado a las “personas adultas con discapacidad”.

“Somos un grupo de madres y padres de personas con discapacidad que nos damos cuenta de que, el día que no estemos, nuestros hijos no tienen a dónde ir. Por eso me propuse muy seriamente este año, empezar este proyecto”, explicó Estévez.

Su deseo de crear un centro terapéutico donde sus hijas puedan vivir cuando ella ya no esté. “Generar un espacio que no sea un depósito de personas, sino que, tenga un centro terapéutico educativo. Que a medida que crezcan, encuentren en ese espacio un sentido de pertenencia”, profundizó. “Es complejo, pero creo que no es imposible”, concluyó.