Javier Milei pasó de una de los peores semanas de su gobierno con una estruendosa derrota en Diputados por la fórmula jubilatoria, el escándalo de los alimentos en el Ministerio de Capital Humano, internas desbocadas y una pila de renuncias de funcionarios; a la mejor desde que puso la cola en el Sillón de Rivadavia. El presidente consiguió la aprobación de la ley Bases en el Senado, el Indec reportó 4,2% de inflación, China renovó 5.000 millones del préstamo contingente (swap), el FMI desembolsó plata para que le paguemos y la tana Giorgia Meloni le dedicó una bienvenida repleta de sugerentes complicidades y un posteo en exclusiva. 
Dicho esto, es necesario poner en su justo punto estos acontecimientos, que lejos están del esperable y obvio triunfalismo que el gobierno expresa. Y ese triunfalismo se debe a que, a esta altura de la gestión, sacar la ley Bases del Senado tiene valor como hecho político más que cualquier otra cosa. Fundamentalmente porque hay muchas dudas sobre la capacidad del gobierno de darse gobernabilidad política. 

No es cuestión de bajarle el precio: acaba de superar una parada muy difícil. Para conseguirlo resignó bastante más de lo que esperaba. Resignó contenido de la ley, pero también algo de capital simbólico. Por un lado mostró dependencia en el Senado de la vicepresidenta Villarruel, que salvó las papas con el agónico desempate, pero a la vez dejó huellas por todos lados que delatan el uso y abuso del clásico manual de la”casta”: revoleo de embajadas premium, obras públicas, una represa hidroeléctrica y por ahora la lista cierra ahí.


Capitulo fiscal, de acá a la China

 

El punto fuerte en Diputados será el capítulo fiscal. El Senado dio marcha atrás con los cambios en Ganancias. Si quedase así hay que poner el ojo en el impuesto cedular porque si el gobierno no actualiza el Salario Mínimo Vital y Móvil, serán cada vez más trabajadores los alcanzados por este tributo, que dispone alícuotas y condiciones más desventajosas.

A su vez el Senado aprobó el blanqueo, pero no la baja de las alícuotas de Bienes Personales, que era el gran incentivo para regularizar capitales. 

El préstamo contingente con China (Swap) fue otra gran noticia para Milei. Le oxigena el frente financiero, pero así como el dinero tiene costo, la estupidez también. Milei deberá peregrinar al país comunista, hablará con templanza y se sacará la foto con el titular de la franquicia de Belcebú en la Tierra, que en el imagen libertario se llama Xi Jinping.

El gobierno chino nunca contestó las agresiones del presidente argentino; lo esperó, a sabiendas de que tiene lengua larga y billetera corta. Menos que menos dispone de 5.000 millones de dólares para devolver, que en definitiva equivale a pedirles plata por un año a los “asesinos comunistas” con los que jamás iba a hacer negocios. El título de la película podría ser: “Educando a Milei”.

El gobierno tiene algunas metas claras: buscar inversiones, venderle al mundo que el país tiene gobernabilidad y sumar financiamiento externo en el largo plazo. Lo de la gobernabilidad es el paso básico como para poder empezar a hablar de lo demás. Esto es lo que está en duda en la Argentina de Milei. 

No hay reformas estructurales sin poder político. Milei pareciera empezar a comprenderlo: en las últimas semanas despersonalizó sus ataques verbales (la excepción fue lo de “enano comunista” a Axel Kicillof), empoderó a Guillermo Francos para negociar y sacar la ley, y habilitó a hablar de obras públicas con las provincias. 

La inflación del 4,2% también hace a la sustentabilidad del gobierno, porque alimenta el crédito de quienes le depositan un bien tan fungible como la esperanza. La inflación bajó muy rápido desde el punto altísimo al que lo hicieron escalar Macri primero, Alberto después y el propio Milei en diciembre pasado. El 4,2% de mayo, además, se acerca al 2% de depreciación pautada del peso en el mercado oficial, con lo cual distiende la presión para devaluar.

La baja de la inflación es a costa de una recesión fenomenal en muchos sectores de la economía y la pérdida de poder adquisitivo del salario y las jubilaciones. Los números son elocuentes. Por sabido, no hay que perderlo de vista. 


Esquirlas en la oposición

 

Por último, el debate en el Senado dejó heridas que vale la pena tomar nota. El correntino Camau Espínola y el entrerriano Edgardo Kueider fisuraron definitivamente a la oposición peronista (ya venían amagando).
La posición más delicada es la del senador y presidente de la UCR Martín Lousteau. Se metió a fondo con el proyecto y sostuvo su posición con argumentos muy sólidos, pero al final de cuentas su bloque votó en otro sentido. De hecho, el gobierno de su amigo Maximiliano Pullaro, un incondicional del senador, expresó su apoyo a lo que se aprobó en el Senado, en particular a los cambios al RIGI.

En lo personal, lo que viene para Lousteau será aguantar la presión para que renuncie a la presidencia partidaria. La crisis de identidad y horizonte de la UCR es abrumadora. Lousteau, un poco por convicción y otro poco porque MIlei lo puso de enemigo desde el día 1, explora las chances de una alternativa de centro, equidistante del kirchnerismo y de la alianza de facto entre La Libertad Avanza y el PRO.

La inflación santafesina

 

Maximiliano Pullaro también celebró -junto a Patricia Bullrich- la baja de la “inflación santafesina”, esa que no mide el IPEC por la evolución de precios de supermercados, sino el MPA y el Observatorio de Seguridad Pública en cantidad de víctimas de delitos.

Seis meses a la baja es muy poco comparado con 15 años de tasas en alza, por ejemplo de la tasa de homicidios. Es un dato precario, admite el gobierno, aunque cree que a esta altura marca una tendencia.
El derrumbe es contundente, particularmente en los homicidios. La receta, por lo que está a la vista, es un mix de ajuste en el manejo de las cárceles, el reordenamiento del Ministerio Público de la Acusación y una presencia y actitud de las fuerzas de seguridad muy diferente, que Pullaro y el ministro Cococcioni lograron con apoyo y articulación federal. Son todos elementos que en gobiernos anteriores no se quisieron o no se pudieron llevar a la práctica. Ahora tiene que durar.

El gobierno ya tiene en marcha el plan de expansión de cárceles, compró 800 patrulleros y prepara otra movida a gran escala: la instalación de 5 mil cámaras más en Rosario. “No va a haber delito que no se pueda esclarecer”, prometen en el Ministerio de Seguridad. Pullaro está decidido a pasar a la historia como el gobernador que devolvió la inflación de delitos y homicidios “a niveles de la década del 2000”, es decir menos de cien homicidios anuales. 

La inversión en materia en infraestructura de seguridad para represión del delito se complementa con un muy significativo incremento del valor de la hora OSPE (hora extra) que cobran los policías, lo que al personal le mejoró el bolsillo y al ministerio le da la capacidad de premiar y direccionar recursos a la mejora del servicio. La lógica es parecida al premio a la Asistencia Perfecta para los docentes.


No todo es plata

 

Hay también una apuesta simbólica, con mensajes de respaldo explícito a las fuerzas de seguridad para que actúen, expresado por el gobernador en su mensaje inaugural y en otras ocasiones.

Hay un caso con alta carga simbólica que habla de todo esto. En la Casa Gris descansa el dictamen jurídico que respalda la viabilidad de indultar al policía Luciano Nocelli, condenado a 25 años de prisión por matar a una pareja que venía de robar armada y que incluso disparó a los policías que los interceptaron. El caso, ocurrido en 2019 en Rosario, está repleto de matices, pero el fallo judicial fue contundente en primera y segunda instancia. 

Pullaro se refirió a Nocelli en su discurso de asunción, lo encuadró como una injusticia contra quien arriesgaba la vida como policía, y siempre que puede ratifica su intención de indultarlo. Si no dio ese paso es porque el 19 de abril pasado el Procurador Jorge Barraguirre dictaminó a favor de que lo revise la Corte. Las objeciones centrales al fallo del tribunal de apelaciones integrado por Bibiana Alonso, Carolina Hernández y Guillermo Llaudet aluden a una “irrazonabilidad” en la forma que analizaron los hechos y consideraron “la neutralización del peligro” que significaba el delincuente armado, así como la “arbitrariedad del derecho aplicado”.


Ni Corte ni pincha

 

¿Qué Corte será la que revise el caso Nocelli? Una pregunta retórica para introducir que el plan de renovación de máximo tribunal dio un paso trascendental esta semana con el anuncio del juez Mario Netri de que dejará el cargo el 1° de noviembre.

Lo que sigue es cuestión de tiempo y, salvo Daniel Erbetta que está por debajo del límite de retiro de 75 años y es el último que ingresó, el resto del tribunal asumió que después de un cuarto de siglo en el cargo y con los límites de edad superados, es cuestión de meses (y conveniencia) dejar la silla.

Una Caja razonable

 

También dio un paso trascendente la reforma previsional de la provincia al crearse por ley una comisión mixta que elaborará un informe de situación. 
La Cámara de Diputados le introdujo cambios significativos al proyecto. Primero, un pronunciamiento político que explicita que la Caja mantendrá el modelo solidario, que no es transferible y que hay respaldo total al Ejecutivo para que reclame a Nación los fondos que no está pagando. Segundo, las sillas de representación gremial seguirán siendo cuatro, UPCN, ATE, Amsafe y Judiciales, pero se abrió la participación al resto. Este fue un requerimiento de los gremios de Rosario tras las reuniones con el bloque Socialista y otros.

Los gremios no están de punta con el hecho de que se aborde el estado financiero del sistema previsional, pero quieren ver números finos antes de enfrascarse en la búsqueda de soluciones. ¿Cuál es la razón de los fondos que faltan? En principio, lo que no paga Nación representa el 70% del rojo, según algunas estimaciones legislativas. No es consuelo: Nación no va a pagar a corto plazo, mientras cada año hay que sacar una torta de recursos provinciales para pagar las jubilaciones. 

Los sindicatos también temen por la sustentabilidad futura del sistema, que de no corregirse terminará afectando los beneficios. Hoy, admiten algunos de los dirigentes, se está a tiempo de soluciones amargas pero menos gravosas. Descuentan que el gobierno pondrá en la mesa de negociación un incremento de aportes (lo que impacta en el bolsillo) y una extensión de la edad jubilatoria, pero permitiría sostener el 82% móvil y otros beneficios. 

La exploración de una reforma razonable, que congenie intereses, expectativas y el financiamiento de las mismas es el próximo paso. Lo que no suena razonable es plantar trinchera de antemano y proclamar que “no hay nada que tocar”, cuando se está hablando de más 300 mil millones anuales de déficit. Si ese número se verifica, no es nada razonable.