Una mujer de 42 años radicada en San Nicolás quedó detenida bajo sospecha de seducir a hombres, doparlos sin consentimiento y despojarlos de pertenencias y dinero, es decir, por operar con la modalidad viuda negra. La sospechosa, que posee antecedentes en el rubro, fue detenida en esa ciudad bonaerense, mientras que en Empalme Villa Constitución resultó aprehendida su pareja actual, un hombre de 49 años, mediante exhorto. Además, está investigada por drogar a un taxista rosarino y por robarle anillos a una comerciante.
La detenida es Mónica Santo, oriunda de Misiones, quien fue arrestada en su casa de Argerich al 200, en el barrio Belgrano de San Nicolás. No es la primera vez que personal policial se presenta en ese domicilio para cumplir una orden de detención por defraudación y delitos contra la propiedad. Santo es una habitué de las crónicas policiales por la modalidad viuda negra. El año pasado había sido detenida por robarle pertenencias a un hombre de 77 años al que dejó inconsciente. Ese fue uno de los cinco hechos que el juez bonaerense Ricardo Prati, del Juzgado de Garantías Nº 2, le atribuyó en la indagatoria, según reseñó el diario El Norte. Además, ya tenía una condena a dos años de prisión en suspenso por un hecho similar.
En paralelo, en Empalme Villa Constitución, personal de la PDI allanó a un hombre señalado como la pareja de Santo y apuntado como cómplice de la operatoria. Fue detenido en Buenos Aires al 100, en cumplimiento de un exhorto de la Fiscalía de San Nicolás. Se trata de Mariano S., de 49 años.
En el allanamiento realizado el martes por la noche, el personal policial secuestró en la casa de Santo pastillas y prescripciones médicas, un celular Samsung Galaxy A65 rosa y ropa de interés para la causa.
Según registros policiales, Santo contactó a la mayoría de sus víctimas por redes sociales y proponía encuentros en espacios públicos o parques. Allí, ya sea en mates o bebidas alcohólicas, se las ingeniaba para suministrar un sedante y dormir a su cita.
Santo fue detenida por dos sucesos recientes. Uno de ellos se conoció tras un choque de autos en la madrugada del 11 de noviembre. El conductor, un taxista rosarino, embistió un vehículo estacionado y, al ser entrevistado por la Policía, dijo no recordar nada ni saber cómo había llegado al lugar. Relató que solo recordaba haberse encontrado con una mujer a la que conoció por redes sociales y que lo había citado en San Nicolás. Tras tomar mates en un parque a la vera del río Paraná perdió la conciencia. Al despertar comprobó que le faltaban pertenencias, entre ellas la billetera y un celular.
El otro hecho había sido denunciado públicamente a fines de octubre. La víctima fue Marcela Vigliano, dueña de una pilchería de avenida Savio, en San Nicolás. Santo se acercó como clienta, ganó su confianza y, en una primera salida de amigas, le colocó un fármaco en la bebida. Luego llamó a su pareja y trasladaron a la víctima en auto hasta su casa. Se presume que la finalidad era desvalijarla, pero la presencia de los hijos de la víctima frustró el plan y solo alcanzó a robarle unos anillos.
En tanto, los investigadores no descartan que la viuda negra misionera sea autora del robo del 13 de noviembre en Pueblo Esther, donde un empresario gastronómico de Rosario terminó fuertemente dopado y despojado de joyas, un vehículo (que luego apareció) y elementos de valor. En ese caso, el encuentro había sido pactado a través de una aplicación de citas.



