El gobierno de Javier Milei, que justo este lunes cumple seis meses en la Presidencia, afronta una semana clave para el futuro de la gestión con una característica que se repite: mientras se define una cuestión crucial, si se aprueba y cómo queda (o qué queda) de la ley bases, el jefe del Estado estará en una gira por el exterior.

Es que el miércoles, el mismo día de la sesión del Senado, Milei partirá hacia Italia para participar de la cumbre de líderes del G7, que se realizará en el exclusivo hotel Borgo Egnazia y a la que fue invitada por la anfitriona del encuentro, la primera ministra de ese país, Giorgia Meloni.

La participación en el encuentro le permitirá al primer mandatario auscultar cómo ven su gestión y la posibilidad de alentar inversiones en la Argentina los líderes políticos de las principales potencias mundiales.

El que no se subirá al avión y es quien está a cargo de las negociaciones con la oposición dialoguista para garantizar la sanción de la ley bases es el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.

Su tarea no es fácil. En un marco de tensión por los recurrentes destratos del presidente a los legisladores, debe garantizar que la Cámara alta, donde el kirchnerismo tiene 33 legisladores y está a cuatro de la mayoría, apruebe el proyecto que en comisión ya fue modificado ampliamente de la media sanción que llegó a Diputados. Es decir que, como sea, la iniciativa deberá volver a la Cámara baja para que ésta insista con su versión o acepte la de los senadores.

Por lo pronto, la primera misión de Francos es garantizar la aprobación en general de la ley bases y el paquete fiscal complementario, cosa que está encaminada: hasta el momento, el oficialismo en el Senado tendría garantizadas 38 voluntades, aportadas por la UCR, PRO, partidos provinciales y peronistas dialoguistas. Pero no se puede relajar. Es que el kirchnerismo podría apoyar el dictamen de minoría que emitió el radical porteño Martín Lousteau, que si suma tres votos más (él más Unión por la Patria, aunque no se sabe si todos lo votarían, son 34) se impondría en el recinto.

En ese plan es que el gobierno estaría dispuesto a ceder en uno de los puntos que sigue en discusión: la inclusión de Aerolíneas Argentinas entre las empresas a privatizar.

La cuestión se resolvería el miércoles en el mismo recinto. Pero el gobierno baraja la posibilidad de sostener la línea de bandera en el Estado como última concesión para asegurarse el artículo que le permitiría privatizar siete empresas, entre ellas el Correo Argentino y Aguas y Saneamiento Argentinos (Aysa).

Otro punto que tiene resistencia de la oposición dialoguista es la delegación de facultades legislativas al presidente y sigue habiendo discusiones en torno al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (Rigi).

Del paquete fiscal está en dudas si va a pasar y cómo la restitución del impuesto a las ganancias a la cuarta categoría y los senadores modificarían el texto de los artículos sobre el blanqueo de capitales, por considerarlo demasiado amplio.