La proteína denominada péptido intestinal vasoactivo (VIP), presente en el páncreas, intestino y sistema nervioso central, juega un papel clave en la regulación de equilibrio entre la formación y destrucción de los huesos (homeostasis). Este hallazgo se produjo en un estudio liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), España y fue publicado en BioFactors.

Lo que los investigadores descubrieron es que el VIP acelera la formación de aquellas células que se encargan de sintetizar nuevo hueso, los osteoblastos, mediante las células mensequimales humanas, un tipo de células madre de la médula ósea.

Los osteoblastos

Estas células, que se encuentran en el microambiente óseo, son las encargadas de sintetizar nuevo hueso. Para ello, coordinan su actividad con los osteoclastos, células que destruyen hueso, para así asegurar el mantenimiento de la homeostasis ósea.

Desde el departamento de Biología Celular de la UCM ya se había publicado un artículo en 2021, en donde se veía el efecto inhibidor de VIP sobre los osteoclastos. El reciente estudio suma el hallazgo del efecto osteoinductor sobre células mesenquimales humanas para dar lugar a los osteoblastos.

Los efectos inmunorreguladores del VIP

Si bien se necesitan más estudios para evaluar y caracterizar el efecto osteoinductor de VIP que describen los investigadores, los resultados podrían suponer un primer paso en el diseño de futuras estrategias terapéuticas para patologías musculoesqueléticas en las que se encuentra afectada la integridad del hueso.

Entre estas patologías se encuentran la osteoporosis, la artritis reumatoide debido a su base autoinmune, entre otras, según detallaron desde el estudio. 

El estudio

Para hallar estos datos, los investigadores realizaron cultivos celulares de células madre de médula ósea procedentes de donantes (adquiridas comercialmente) y se mantuvieron bajo condiciones de diferenciación a osteoblastos en presencia y ausencia de VIP.

A partir de esas células, se desarrollaron diferentes experimentos con técnicas como de Real-time PCR, western blot y ELISA. En total, el proceso ha tenido una duración aproximada de dos años. 

Las células como coordinadoras del equilibrio 

El siguiente paso será evaluar si VIP influye en la diferenciación y funcionalidad del tercer tipo celular presente en el hueso, el osteocito. Estas células derivan de osteoblastos que terminan quedando atrapados en el interior de la matriz ósea. 

“Aunque hasta hace muy poco se desconocía su función, ahora está cada vez más claro que se trata de células que funcionan como pequeñas “directoras de orquesta”, integrando las señales de comunicación entre osteoclasto y osteoblasto, actuando como un elemento de coordinación para que el equilibrio entre formación y destrucción ósea sea siempre el óptimo”, concluyeron desde la UCM.

 

Fuente: EFE.