En Argentina, la salud mental atraviesa una crisis que reclama atención urgente. La pandemia de covid-19 agravó un problema ya existente y profundo, y puso de relieve la insuficiencia de recursos y políticas públicas específicas para atender a quienes enfrentan trastornos mentales. En octubre pasado, la Universidad de Buenos Aires (UBA) dio a conocer datos alarmantes sobre este tema en el país. Según un relevamiento propio, el 35% de la población argentina presenta malestar psicológico, algo que se traduce en cuadros de ansiedad, desazón y depresión, entre otras cosas. Y las mujeres embarazadas no están exentas de experimentarlos, aunque impere el mandato social de disfrutar de esa etapa, ser (y sobre todo mostrarse) feliz. Un proyecto de la diputada provincial Sonia Martorano (Hacemos Santa Fe) se enfoca en este sector de la población y tiene posibilidad de lograr la aprobación de la Cámara baja el 27 de noviembre próximo.

El 35% de la población argentina presenta malestar psicológico (UBA).

Los fundamentos

 

La maternidad suele estar representada a través de imágenes de felicidad y plenitud. Sin embargo, la salud mental durante el embarazo sigue siendo un tema soslayado y al mismo tiempo, cargado de expectativas poco realistas. La variación de las emociones durante el embarazo y el posparto no sólo es real y concreta, sino también válida. Por eso, pretender que una mujer que vive esas etapas se sienta bien y alegre todo el tiempo significa negar su experiencia y acallar su necesidad de apoyo. En especial, si se tiene en cuenta que tanto la salud física como la salud mental hacen al bienestar de las personas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) enfatiza que "la salud mental materna es fundamental para el bienestar de la madre, el bebé y la familia, y que es necesario tomar medidas para mejorar la atención y el apoyo a las madres en esta área".

"La salud mental materna es un aspecto fundamental del bienestar de las familias y la comunidad en su conjunto. La depresión posparto y otros trastornos como la ansiedad perinatal pueden afectar el vínculo madre-hijo y tener consecuencias a largo plazo en el desarrollo infantil, adolescente y posteriormente en la vida adulta. En este marco, muchas mujeres no reciben diagnóstico ni tratamiento oportuno debido a la falta de formación del personal de salud y barreras en el acceso a la atención especializada", explica Martorano, exministra de Salud de la provincia, en los fundamentos del proyecto original, que luego experimentó modificaciones.

“La realidad es que 1 de cada 5 mujeres sufren depresión, ansiedad y angustia durante embarazo, parto y/o puerperio. Y lo pasan en silencio. No se animan a hablar porque son juzgadas. Soy neonatóloga y esto lo he visto. Por esa razón se requiere asistirlas en este momento porque es súper importante que la vinculación con su bebé sea saludable. De lo contrario, luego enfrentamos otros problemas”, dijo la legisladora, en diálogo con Rosario3.

Su proyecto de ley, que cuenta con dictamen positivo de la comisión de Salud de la Cámara baja santafesina, se tratará en el recinto el próximo 27 de noviembre, en forma asociada con una iniciativa afín de la diputada Ximena García (UCR-Unidos para cambiar Santa Fe). En caso de lograr la media sanción, lo hará con el título de “Ley de Salud Mental Perinatal”.

Antecedentes

 

“Existen algunas políticas concretas en otros países, que abordan el screening (proceso que se utiliza para identificar a personas que podrían tener una enfermedad o trastorno antes de que aparezcan los síntomas) y la salud materna con enfoque de prevención. Por ejemplo, en Polonia –apunta Martorano– cuentan con el programa "Next Stop: Mum" que a partir de 2019 comenzó a hacer screening de depresión posparto”.

Agrega que en Buenos Aires ya se aplica esta normativa y está contemplada en la Ley de los mil días (Ley 27.611 de Atención y Cuidado Integral de la Salud durante el Embarazo y la Primera Infancia, que tiene como objetivos proteger, fortalecer y acompañar el cuidado integral de la vida y la salud de las personas gestantes y las niñas y los niños en sus primeros 3 años), a nivel nacional.

Algunos síntomas que pueden manifestarse

 

Entre los signos más comunes compatibles con trastornos de salud mental materna se incluyen: cambios de humor repentinos, incapacidad para concentrarse en tareas habituales, retraimiento de la pareja y/o incapacidad de vincularse con el bebé, aumento de la ansiedad vinculada a la alteración de los patrones normales de sueño y alimentación, sentimientos de culpa, miedo y tristeza.

El proyecto

 

La definición de “salud mental perinatal”, según consta en el texto final del proyecto, luego de las modificaciones realizadas, refiere a la “promoción del cuidado de la salud mental de la mujer y/o persona gestante durante el embarazo, parto y puerperio, así como también de los niños y niñas hasta los dos años de edad.

Y entre las funciones de la autoridad de aplicaciónMinisterio de Salud de la provincia– se mencionan: campañas de difusión, información y sensibilización; generación de espacios comunitarios de diálogo; brindar herramientas para el autocuidado y la crianza; garantizar el acceso a los cuidados en el primer nivel de atención sanitaria; disponer de equipos capacitados que aborden la promoción, prevención y atención de la salud mental perinatal; y su relación con la psicofarmacología inherente al período gestacional, entre otros.

Dado que, el concepto “salud pública” alude a toda la salud (ya sea de gestión estatal o privada), en caso de aprobarse el proyecto, "los alcances de la ley comprenderán a ambos sectores, con los mismos protocolos", aclara la diputada.

El texto detalla, también, que los equipos y profesionales de la salud que intervengan durante el embarazo, parto y puerperio deben brindar a la mujer y/o persona gestante una atención integral, continua y humanizada, basada en el respeto, la escucha activa y el acompañamiento centrado en la persona. “Deben proporcionar información clara, accesible y oportuna sobre los padecimientos subjetivos vinculados al período perinatal, así como sobre los tratamientos y abordajes disponibles, promoviendo la toma de decisiones informadas; comunicando y registrando la condición de salud que requiera atención o acompañamiento especializado”, precisa la propuesta.

La idea, materializada en el proyecto, contempla, por último, la asignación presupuestaria que garantice su implementación y el mantenimiento actualizado de un sistema de información y estadísticas que permita evaluar, planificar y ejecutar políticas públicas.