Sentirse somnoliento, irritable o con hambre después de comer, pueden ser signos de más que un simple cansancio: podría tratarse de "fatiga por azúcar". La misma es un desequilibrio metabólico cada vez más común, causado por picos y bajadas bruscas de glucosa en sangre.
Este fenómeno, el cual afecta incluso a personas que hacen deporte o siguen dietas aparentemente saludables, pueden acelerar el envejecimiento y aumentar el riesgo de diabetes e hipertensión, según detallan expertos.
"La fatiga por azúcar es un problema causado por picos y caídas bruscas de glucosa en sangre debido al consumo excesivo de carbohidratos, incluso en alimentos que parecerían ser saludables. Una sintomatología muy común sería, por ejemplo, sentirse somnoliento o cansado después de comer. También si, a pesar de haber comido suficiente, se vuelve a tener hambre enseguida o si se pierde fácilmente la concentración, hay tendencia a enfadarse o se siente pesadez detrás del cuello. Además, si se ignora este tipo de episodios, puede aumentar el riesgo de favorecer el envejecimiento prematuro y padecer enfermedades como diabetes e hipertensión", explicaron.
Se trata entonces de un problema que aumenta "de manera constante pero silenciosa" en la sociedad y, como advierten, si bien toca muy de cerca a todas las personas, nadie cree estar directamente afectado. Por otra parte, muchas personas que hacen deporte regularmente, incluso deportistas profesionales, también sufren la "hiperglucemia postprandial".
En este aspecto, los expertos sostienen que si se consume más azúcar de lo que el cuerpo necesita, es posible una subida rápida de glucosa acompañada de una respuesta de insulina y, finalmente, un descenso repentino de glucosa, lo que puede derivar en somnolencia, fatiga o hambre repentino.
Todo ello provoca "un desequilibrio metabólico que puede manifestarse en forma de acumulación de grasa, inflamación crónica o aparición de resistencia a la insulina, entre otros".
Fuente: Infosalus.



