El Feng Shui sostiene que los aromas tienen la capacidad de modificar la energía de un lugar y, con ello, el estado de ánimo. No se trata solo de que la casa huela bien, sino de crear un entorno vibrante y equilibrado. Elegir el aromatizador adecuado (ya sea en spray, difusor o varillas) puede ser clave para que cada ambiente transmita la intención correcta.
Fragancias en el hogar
En el living o comedor, donde la energía suele ser más social y activa, se recomienda optar por fragancias cítricas como naranja, mandarina o pomelo. Estos aromas estimulan la vitalidad y la comunicación, aportando un toque fresco y alegre ideal para las reuniones o el disfrute en familia. También son aliados para mantener el ambiente despejado y luminoso.
Para el baño, el Feng Shui sugiere fragancias purificantes y relajantes, que transmitan sensación de limpieza y renovación. Los aromas de eucalipto, menta o lavanda ayudan a limpiar la energía estancada y aportar claridad mental. Si se busca un efecto tipo spa, el romero o el jazmín también son excelentes opciones para generar un clima de descanso y bienestar.
En la habitación, donde lo importante es el descanso y la conexión emocional, conviene elegir notas más suaves y envolventes. El sándalo, la vainilla o el ylang-ylang promueven la calma y el equilibrio emocional, mientras que la rosa o el jazmín invitan a la armonía y al amor. En este aspecto, se sugiere evitar los aromas demasiado fuertes o cítricos en este espacio, ya que pueden alterar la energía del sueño.
Además, el Feng Shui sugiere mantener los aromas en sintonía con las estaciones del año, es decir, más frescos en primavera y verano, más cálidos y amaderados en otoño e invierno. Así, la casa se mantiene viva, en movimiento y en equilibrio con la naturaleza.



