El negocio del esparcimiento bajo presión: crisis, aprietes y un futuro incierto

La baja de consumo afectó a bares y restaurantes en Rosario, mientras los organizadores de eventos denuncian que Sadaic sigue cobrando derechos de autor pese al decreto nacional

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El rubro del esparcimiento o de la recreación en Rosario atraviesa un momento delicado. En un contexto económico complicado, donde la inflación no da tregua y el consumo continúa en baja, este sector enfrenta dificultades que van más allá de la demanda. La falta de claridad en la aplicación de normativas y la persistencia de cobros que deberían haber sido eliminados, sumado a la contracción del mercado laboral, han puesto a esta industria contra las cuerdas.

Gastronomía en Rosario: caída de empleo y la sombra del mercado informal

El sector gastronómico rosarino ha sido uno de los más golpeados por la desaceleración del consumo, lo que ha provocado una drástica reducción de su actividad. Durante el último invierno, el 20% de los puestos de trabajo en bares y restaurantes se perdió, según estimaciones del Sindicato de Trabajadores Gastronómicos de Rosario. Esta contracción ha empujado a muchos trabajadores hacia el mercado informal, un fenómeno que se ha vuelto recurrente desde la pandemia de covid-19.

Sergio Ricúpero, secretario gremial del sindicato, destacó que el sector ya venía afectado desde los días de aislamiento social, cuando la gastronomía fue de los más perjudicados. Aunque en los últimos meses ha habido esfuerzos por mejorar los salarios y condiciones laborales, el avance ha sido lento y los sueldos siguen siendo bajos. "Muchos trabajadores están en sueldos testimoniales y luchan por subsistir en un contexto de creciente precariedad laboral," afirmó Ricúpero.

A pesar de estos esfuerzos, la situación no parece tener una salida clara. La baja de actividad ha reducido drásticamente el número de empleos formales, y aunque se espera una leve mejora con la llegada de la primavera y el aumento de salidas recreativas, el panorama sigue siendo incierto.

El sector de eventos: la incertidumbre legal como otro obstáculo

Por su parte, los salones de eventos también enfrentan su propia crisis. Aunque el gobierno nacional anunció la desregulación del cobro de derechos de autor para los espacios privados, la aplicación de esta medida ha sido confusa y contradictoria. Sadaic (Sociedad Argentina de Autores y Compositores) sigue cobrando los aranceles que, según el decreto, no deberían ser aplicados.

Iván Hawryluk, presidente de la Cámara de Eventos y Afines de Santa Fe, explicó que la normativa, que supuestamente exonera a los salones del pago de derechos de autor por reproducir música en sus eventos, no ha sido implementada correctamente. "El decreto es claro, pero Sadaic y Capif (Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas) siguen presionando para cobrar sus aranceles," denunció.

"El decreto es claro, pero SADAIC y CAPIF (Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas) siguen presionando para cobrar sus aranceles," denunció Hawryluk.

Esta falta de claridad legal ha creado una gran confusión entre los organizadores de eventos y sus clientes. Muchos de estos últimos, amparados en el decreto, se niegan a pagar los derechos de autor, lo que pone a los salones en una posición difícil: si no cobran a los clientes, ellos mismos quedan como responsables ante Sadaic. Para evitar futuros reclamos, algunos organizadores han comenzado a exigir a los clientes que firmen un documento eximiéndolos de responsabilidad, aunque esto no garantiza que estén libres de intimaciones futuras.

"Estamos en una disyuntiva. Si el cliente no paga, no podemos reproducir música en el evento, pero si no lo hacemos, nos arriesgamos a que Sadaic nos multe," explicó Hawryluk. La situación se complica aún más cuando los inspectores de Sadaic asisten a los eventos, levantan actas y posteriormente exigen el pago de los derechos, lo que genera aún más incertidumbre y frustración entre los organizadores.

Una realidad común: incertidumbre y falta de respuestas claras

Tanto en el sector gastronómico como en el de eventos, la falta de claridad legal y la contracción económica están afectando gravemente el desarrollo de estas industrias. Los organizadores de eventos y los empresarios gastronómicos enfrentan desafíos que, lejos de resolverse, parecen multiplicarse con el paso del tiempo. A pesar de los esfuerzos del Gobierno por implementar normativas que alivien la carga de estos sectores, la realidad es que, sin una correcta aplicación, el panorama sigue siendo incierto.

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