El hombre que fue detenido en Arequito a partir de escuchas telefónicas que daban cuenta de los preparativos de una entradera en ese pueblo fue imputado ahora por una causa de extorsiones. En rigor, por exigir 50 millones de pesos a un empresario de Villa Gobernador Gálvez, que a mediados de agosto recibió una seguidilla de mensajes amenazantes en el teléfono de su hijo.

El imputado, que compareció este miércoles ante el juez Gonzalo Fernández Bussy, es Joel Rearte (30), un hombre de la zona oeste de Rosario con antecedentes por robo y estafas, que además está mencionado como posible autor de un homicidio reciente.

El fiscal Federico Rébola le atribuyó a Rearte una maniobra extorsiva en complicidad con Enzo González (20), un joven que es hijo de un ex empleado de las víctimas.

Todo comenzó en la noche del 15 de agosto cuando González contactó por Instagram con el hijo del empresario, con intenciones de venderle unas remeras, señaló la Fiscalía. En ese intercambio, González consiguió el número de WhatsApp, que al parecer era su objetivo.

Lo cierto es que, a las pocas horas de ese chat, desde un remitente desconocido, las víctimas comenzaron a recibir llamadas y mensajes donde les exigieron el pago de 50 millones de pesos en concepto de protección.

El extorsionador abundó en los lugares comunes del discurso del apriete: se refirió a él mismo como “la mafia” y aseguró que mandaría a sus secuaces a tirar tiros.

“Si no me das plata, te voy a dar tutuka”, decía un mensaje. Además, el extorsionador conocía al detalle algunos aspectos de la vida de la víctima, lo que hizo más verosímiles las amenazas.

Los mensajes extorsivos se extendieron hasta el 30 de agosto, indicó Rébola.

Así las cosas, la investigación de personal de la División Judiciales –con interceptaciones telefónicas que llegaron a escuchar en vivo– desentrañó la identidad del extorsionador por varios datos cruzados.

Rearte, que usaba un teléfono a nombre del ex de su actual pareja, Brenda Romero, terminó detenido en Arequito el sábado.

Allí lo encontraron siguiendo la geolocalización de su celular, para impedir que cometiera un hecho de entradera contra una anciana, un plan que quedó expuesto en charlas con un desconocido desde el 11 de septiembre.

“La participación de Rearte consistió en realizar personalmente los llamados extorsivos, mientras que González fue quien proveyó los teléfonos y la información personal y detallada de las víctimas (dado su conocimiento y relación de años) utilizada para aumentar la intimidación”, dijo el fiscal al referirse a la causa de extorsiones en grado de tentativa.

En ese marco, la dupla quedó en prisión preventiva (plazo de ley para Rearte, 90 días para el entregador González).