Primero amenazó con vetarlo por la eliminación en Diputados del capítulo 11, que derogaba las leyes de emergencia en discapacidad y financiamiento universitario. Después entendió que lo mejor es que el Senado apruebe como lo recibió de la Cámara baja, como señal de previsibilidad a los mercados en momentos en que necesita salir a buscar dólares para pagar próximos vencimientos de deuda. Sin embargo, la pretensión del gobierno de que La Cámara alta saque sin tocarle una coma esa media sanción del presupuesto 2026 entró ahora también en duda por la resistencia de al menos un sector de los aliados –la UCR– a avalar los fuertes recortes que tiene el proyecto en materia de fondos educativos.
El artículo en cuestión es el 30, que plantea derogar ítems sobre financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación; de Educación Técnico Profesional; y del Fondo Nacional de la Defensa.
En ese marco, el proyecto elimina la garantía de financiamiento del Sistema Educativo Nacional con un porcentaje no inferior al 6 por ciento del Producto Interno Buto, los recursos para ciencia y tecnología y poda de manera terminal el Fondo Nacional para la Educación Técnico Profesional.
El Centro de Economía Política (Cepa) elaboró un informe que advierte que el recorte de fondos para las escuelas técnicas será “histórico”. Si se compara con 2023, durante 2026 el Fondo Nacional de Educación Técnico Profesional (FoNETP) caerá en un 93 por ciento en términos reales. De acuerdo al informe, el gobierno ejecutó en 2025 solo el 10,8 por ciento y planea para el año próximo ejecutar solo el 3,5 por ciento de lo que correspondería según la Ley N° 26.058 de Educación Técnica Profesional.
“Para este informe hicimos particular hincapié en lo que sucede con las escuelas técnicas. Entre otros motivos, porque es el eslabón que mejor expone al modelo de Javier Milei, que claramente es anti-industrial. Uno podría pensar que si proyectan un país sin industrias, ¿para qué van a querer técnicos industriales?”, analizó el economista Hernán Letcher, del Cepa.
Si el presupuesto finalmente es aprobado, la misma suerte de las escuelas técnicas, la correrá el sistema científico y tecnológico. Si bien existe una ley (sancionada en 2021) que asegura las inversiones crecientes plurianuales en el sector (hasta llegar al 1 por ciento del PBI en 2032), el presupuesto que la gestión libertaria propuso no contempla incrementos.
En efecto, el presupuesto destinado a ciencia y tecnología se desplomará un 48,8 por ciento, si se tiene en cuenta lo ejecutado en 2023 como parámetro de referencia.



