Tecnoestrés es un término utilizado para denominar al estrés producto de la incapacidad de gestionar de forma controlada y saludable el uso de dispositivos tecnológicos y aplicaciones digitales en el entorno laboral.
Se trata de una problemática cada vez más extendida entre las personas trabajadoras, siendo así un factor capaz de agravar el malestar que se siente al retomar la rutina laboral tras unas vacaciones. En este aspecto, el mal uso o abuso de las tecnologías puede afectar considerablemente el estado de salud.
El problema se da cuando la persona trabajadora percibe un desajuste entre la necesidad de uso de las tecnologías en su puesto laboral y los recursos, conocimiento o tiempo de los que dispone, lo que le lleva a un estado psicológico negativo.
Para los expertos, las personas trabajadoras deben saber desenvolverse con nuevas tecnologías, las cuales se caracterizan por estar siempre renovándose y ante lo cual uno puede no sentirse preparado. Asimismo, surgió la exigencia de usar de forma continua el teléfono móvil, computadora, tablet, correo electrónico, entre otras cuestiones, de forma extendida incluso fuera del horario laboral, lo que invade la vida personal. "Tras la jornada laboral, muchas personas siguen conectadas a sus trabajos a través de estos dispositivos”, sostuvieron.
La imposibilidad de desconectar, la necesidad de dar una respuesta inmediata y la adicción que generan las tecnologías de la información y la comunicación son algunas de las consecuencias sobre los trabajadores: “Las nuevas tecnologías deben ser una herramienta que controlemos y no a la inversa. Sentirse controlado por ellas es una de las causas de tecnoestrés”.
El tecnoestrés genera síntomas fisiológicos y emocionales típicos del estrés, pero también de otros característicos del tecnoestrés laboral, como el aislamiento social, la ansiedad ante el uso de las nuevas tecnologías o el agotamiento y la excesiva dependencia de estas.
Cómo controlar el tecnoestrés
-Organizar bien la jornada laboral: Planificar la agenda del día sin sobrecargarla de actividades y gestionando los imprevistos con flexibilidad. En caso de falta de tiempo, seleccionar las tareas más importantes según las prioridades y, si es posible, delegar.
-No llevarse el trabajo a casa: Desconectar en todos los sentidos, intentando no mantenerse pendiente del teléfono o pc. Tampoco permitir que las conversaciones se centren en los asuntos pendientes o posibles problemas. Tras la jornada laboral o durante el fin de semana, procura disfrutar del ocio, relaciones personales y familiares.
-Separar la vida laboral de la personal, también en las tecnologías: Se pueden emplear líneas de teléfono o incluso aparatos diferentes para ambas facetas de la vida. Fuera de la jornada laboral, apagar el teléfono de trabajo y no enviar correos laborales. Si solo se usa un teléfono, desconectar la cuenta o sus notificaciones, al menos en el tiempo libre.
-La inmediatez no siempre afecta: Es importante distinguir lo urgente de lo importante: si ese correo puede o no esperar a mañana sin afectar el trabajo. Asegurarse de que existe una delegación clara para los asuntos urgentes cuando se está en las horas de ocio, vacaciones o fines de semana.
-Formarse, si es necesario: Si la persona no se siente lista para manejar determinadas tecnologías, valorar inscribirse en cursos que capaciten para ello o pedir ayuda a quien sí las domine. Así, la herramienta trabajará para uno mismo, se ganará confianza y se reducirá el nivel de ansiedad, además de saber cómo activar funciones que ayudarán a desconectar, como la de “No molestar” para el teléfono móvil o “Leer o Enviar más tarde” para emails.
-Aprender técnicas de autocontrol: Practicar de manera regular actividades como relajación, meditación, mindfulness o yoga ayudará a neutralizar la activación fisiológica del organismo que produce el estrés y proporcionará un mayor control de los pensamientos y de las emociones.
-Cuidar la dieta: Seguir una dieta saludable, variada y equilibrada, que incluya frutas y verduras; a la vez que mantener horarios regulares y tomarse siempre el tiempo para comer con calma. Además, evitar las bebidas con cafeína o alcohol o, de consumirlas, hacerlo con moderación.
-Hacer deporte de manera regular: El ejercicio físico reduce la intensidad del estrés y ayuda a que los episodios duren menos, además de fomentar una sensación de bienestar, siempre que no se haga por obligación. La mayoría de los expertos recomiendan dos horas y media de actividad aeróbica a la semana como correr, andar en bicicleta o nadar, siempre en función de las capacidades y gustos.
-Respetar las horas de sueño: De esta forma, se afrontará mejor cualquier conflicto o situación compleja en el día a día laboral. Tratar de ir a dormir siempre a la misma hora y descansar, como mínimo, siete u ocho horas cada noche.
-Solicitar ayuda profesional si es necesario: Si, tras aplicar las anteriores medidas, se sigue sin poder afrontar el tecnoestrés, recurrir a la ayuda profesional.
Fuente: EFE.