A través de un nuevo estudio se demostró que la vacunación en niños y hombres contra el virus del papiloma humano (VPH) reduce el riesgo de cáncer de cabeza y cuello junto a otras neoplasias malignas. Todo ello se suma a los ya conocidos beneficios demostrados en la vacuna en torno a las mujeres y el cáncer de cuello uterino.

Se trata de uno de los primeros análisis a largo plazo del efecto real de la vacuna, en donde se contempló la prevención de cáncer de cabeza y cuello, zonas anales, pene, vulva, vagina y cuello uterino vinculados al VPH.

Anteriormente, los estudios se centraban de forma puntual en el cáncer de cuello uterino. Esta nueva investigación se presentará oficialmente en la Sociedad Americana de Oncología Clínica en Chicago (Estados Unidos) incluyó a más de 1,7 millones de voluntarios de entre 9 y 39 años de edad que se vacunaron contra el VPH desde 2010 y un porcentaje similar de personas no vacunadas. Alrededor del 44% eran varones.

La vacuna en varones

El estudio halló que los varones vacunados presentaban tasas más bajas de cualquier tipo de cáncer relacionado con el VPH y de cáncer de cabeza y cuello (3,4 y 2,8 casos, respectivamente, por cada 100.000 pacientes vacunados, frente a 7,5 y 6,3, respectivamente, por cada 100.000 pacientes no vacunados).

El tabaquismo era antes el principal causante de muchos cánceres de cabeza y cuello -como los de boca y garganta-, pero hoy en día la causa principal son las infecciones por VPH según detallaron expertos. El nuevo estudio demuestra que prevenir la infección con la vacuna ayuda a prevenir estos cánceres adicionales relacionados con el VPH.

En el estudio, las mujeres vacunadas presentaban un menor riesgo de cualquier tipo de cáncer relacionado con el VPH y, como era de esperar, un menor riesgo de cáncer de cuello uterino, en comparación con las mujeres no vacunadas.

La vacuna contra el VPH de Merck se aprobó en 2006 para niñas y mujeres de 9 a 26 años y en 2009 para niños y hombres de ese grupo de edad. La versión más reciente, Gardasil 9, está aprobada en Estados Unidos desde 2018 para su uso en niños y adultos de 9 a 45 años.

 

Fuente: NA.