Este domingo, 2 de junio, se conmemoró el Día Mundial de Acción por los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). Con la finalidad de continuar visibilizando de qué se trata esa cuestión que cada vez afecta a más personas, desde el Centro de Tratamiento de Trastornos Alimentarios de Madrid (CITEMA) lanzaron una campaña global para concientizar por medio de un podcast y sus redes sociales. Una de las principales metas es dar voz a pacientes y desmentir mitos.

En Argentina, entre el 10% y el 15% de la población manifiesta algún trastorno alimentario, cifra que se incrementó tras la pandemia por Covid-19. De esa totalidad, el 90% son mujeres y el 10% hombres. Luego de Japón, Argentina es el país con más casos de trastornos alimentarios a nivel mundial. Aún así, las y los expertos sostienen que todas las estadísticas son datos aproximados, puesto que gran parte de la población que padece un TCA lo oculta.

Trastornos de la conducta alimentaria

Según la Organización Mundial de la Salud, los trastornos de la conducta alimentaria suelen aparecer durante la adolescencia y la juventud. Este tipo de trastornos se presentan con comportamientos alimentarios anormales y preocupación por la comida y, en la mayoría de los casos, por el peso y la figura corporales.

La pandemia de COVID-19 acentuó los síntomas y agravó otros problemas asociados como la depresión, la ansiedad o el insomnio. Para los expertos, la pandemia agravó la mayoría de los casos, ya que potenció tanto el aislamiento (en personas con problemas de relación interpersonal) como el incremento de los contactos con la familia (en casos de pacientes que tenían una mala relación familiar).

También provocó problemas de acceso a los dispositivos asistenciales, con interrupción en muchos casos de los tratamientos en curso y problemas de seguimiento clínico (por ejemplo, en lo referente al estado de nutrición).

Una campaña que concientiza sobre los TCA

Este año, el CITEMA lanzó una campaña en la que pacientes y profesionales buscan concientizar sobre este padecimiento. La iniciativa cuenta con publicaciones en redes sociales que explican los TCA y sus señales de alarma, además de un podcast donde mujeres que conviven con esta enfermedad cuentan su experiencia y desmienten algunos mitos.

Normalmente los TCA aparecen en el momento donde la persona empieza a tener un poco más de autonomía y va construyendo su identidad, que es la adolescencia. Por lo tanto, si no se trabajan, al final la persona, la identidad que se construye en la adolescencia, se construye en torno a la enfermedad, entonces hay un rol de enfermedad, una identidad de enfermedad que luego es muy difícil separar y cronifica la conducta. Por este motivo, dicen los expertos, es tan importante generar conciencia en la sociedad.

Las señales de alarma expuestas por CITEMA (efesalud.com)

Estigmas sociales sobre los TCA

Algunas de las voces de los pacientes remiten a que la sociedad tiende a normalizar e incluso a venerar las conductas características de estos trastornos como, por ejemplo, la fuerza de voluntad, cuando en realidad son síntomas de una enfermedad que refuerzan la parte patológica. Sobre ello, explican que la enfermedad "tiene una voz interna" a la que mayormente es difícil oponerse.

"Por muy centrado que estés en que quieres hacerlo bien, no puedes, entonces necesitas ayuda para aprender a gestionarlo. Además te tiendes a aislar también, porque claro, al final sientes que nadie te entiende”, remarcaron.

Otro mito que resaltaron refiere al peso. Sobre ello, indicaron que socialmente se considera que sufrir un TCA es sinónimo de estar por debajo del peso indicado lo cual es erróneo. Gran parte de la población que sufre TCA se encuentra en un peso "normal" o incluso sobrepeso. “Nosotros vemos el TCA como un iceberg, la punta de la parte de arriba, es el tipo de conductas patológicas, pero todo lo que hay atrás o, en este caso debajo, ya son las emociones, tu personalidad y las cosas que te han ido pasando durante tu vida. El TCA es la consecuencia de cómo gestionas todo lo que te ha ido pasando durante tu vida”, explicó una paciente.

Y añadió: “A veces le ves algunos beneficios secundarios como por ejemplo, si estoy enferma, me van a cuidar más. Entonces eso te puede aferrar mucho a la enfermedad. Esos beneficios en verdad son irrealidades porque tus padres te van a seguir queriendo igual con o sin enfermedad. Esto es lo que llamamos distorsiones cognitivas, que son esa distorsión del pensamiento que no se corresponde con la realidad. Te quedas con un pensamiento catastrófico pensando que nunca te vas a curar y que la vida no tiene sentido”.

Principales mitos sobre los trastornos de la conducta alimentaria:

-“El TCA es una enfermedad de personas superficiales”.

-“La anorexia es el único TCA”. Hay más trastornos como la bulimia, la vigorexia, entre otros.

-“Solo padecen un trastorno de la conducta alimenticia quienes están delgados”.

-“El TCA es el problema en sí”. En realidad es un síntoma.

-“Es una enfermedad con la que se convive para siempre”. Si se trata adecuadamente desde la psicología, la psiquiatría y el acompañamiento se puede salir de ella.

-“Se trata de una enfermedad de mujeres”. También hay muchos hombres que padecen estos trastornos, aunque tengan menos visibilidad.

-“Un TCA no es una enfermedad peligrosa”. Algunos tipos de trastornos de la conducta, como la anorexia tienen asociada una mortalidad superior a la de cualquier otro trastorno mental.

Las redes sociales: un detonante del TCA

Otro obstáculo que observan las pacientes son las modas, movimientos y productos que venden el adelgazamiento como el principal propósito de la vida, que promueven conductas que pretenden ser sanas pero lo único que hacen es reforzar el TCA. Son tantas las tendencias que giran en torno a la pérdida de peso, que una vez el algoritmo detecta un mínimo de interés, todo el contenido que consumen agrava el control sobre la comida y el peso.

Además, observan que también hay una excesiva presión sobre el cuerpo normativo, cuya constante exposición lleva la comparación a unos niveles insanos. El planteamiento constante sobre cual es el mejor alimento o rutina de ejercicio, genera pensamientos que derivan en ansiedad y sentimiento de culpa.

Por eso, desde CITEMA aclararon que, “parte del trabajo que también hacemos aquí es quitar el foco de la alimentación y construir sobre otras cosas la vida de las chicas”.

¿Es sólo de mujeres?

Expertos sostiene que la prevalencia de los TCA es de un hombre por cada diez mujeres, lo que genera sospechas de que sea una enfermedad típica femenina. Sin embargo, este dato no tiene en cuenta que los hombres tienden a trastornos de la conducta alimentaria menos conocidos como la vigorexia, aunque aparente ser una práctica más normalizada.

Además, añadieron que este dato no resulta tan fiable porque cuando sospechan de un posible TCA es más frecuente que pidan ayuda mujeres que hombres. En este caso, los estereotipos de género hacen que los hombres tiendan a ocultar sus emociones, no pidan ayuda y consecuentemente el número de diagnosticados sea inferior.

Los TCA sí se curan. Lo que pasa es que está el mito de que los TCA son para toda la vida, pero yo creo que también venimos de una generación donde no había tantos recursos, ni tanta intervención, entonces ahí sí que es verdad que hay muchos casos que se han ido cronificando”, apuntaron los profesionales. Es por ello que es importante tomarlos a tiempo para abordar los recursos personales, familiares, sociales que fortalecen a la persona.

 

Fuente: EFE.