La pérdida de audición genética es una enfermedad grave que, principalmente, afecta a los más pequeños. Hasta el momento no existen fármacos aprobados para un tratamiento, siendo la única alternativa un implante coclear en condiciones severas de la enfermedad. Por este motivo, la terapia génica supone una nueva opción para algunos pacientes.

Este miércoles se publicó el primer ensayo clínico en el mundo en donde se administra este procedimiento de forma bilateral, es decir, en ambos oídos. Los beneficios son adicionales a los demostrados en una primera fase que se publicó a comienzos de año, en donde los niños habían sido tratados en un sólo oído.

La investigación estuvo dirigida por un equipo del Hospital Mass Eye and Ear (Boston, EE UU) y del Hospital Oftalmológico de la Universidad de Fudan (Shanghai, China), y los resultados se publicaron en Nature Medicine.

Terapia génica para sordera hereditaria

Más de 430 millones de personas en todo el mundo padecen pérdida de audición discapacitante, de las cuales 26 millones tienen sordera congénita. Hasta el 60% de la sordera infantil está causada por factores genéticos. Los niños con DFNB9 nacen con mutaciones en el gen OTOF que impiden la producción de la proteína otoferlina, necesaria para los mecanismos subyacentes a la audición.

En este caso, la terapia génica restauró la función auditiva de cinco niños de entre 1 y 11 años con sordera DFNB9. Asimismo, los pequeños experimentaron un mejor reconocimiento del habla en entornos ruidosos, a la vez que adquirieron la capacidad de localizar la posición del sonido.

La capacidad auditiva de los niños ha progresado de forma espectacular. Antes de la terapia estaban completamente sordos”, explicaron desde el estudio. Y añadieron: “Tras ella, recuperaron su capacidad auditiva y del habla. Los pacientes podrán saber de dónde procede el sonido, lo cual es importante en la vida diaria”.

Los investigadores señalaron que el objetivo de su equipo siempre fue tratar a los niños en ambos oídos para conseguir que oyeran en tres dimensiones, una capacidad importante para la comunicación y tareas cotidianas como conducir.

La audición normal requiere la detección del sonido por las células ciliadas del oído interno, que luego convierten la vibración en señales eléctricas al cerebro para que podamos oír”, expresaron. Por lo que, sin las funciones de OTOF, la conversión no se produce y las personas quedan sordas.

Según los investigadores, “la terapia génica introduce copias funcionales de los genes OTOF en las células ciliadas del oído interno, de modo que las señales sonoras pueden convertirse de nuevo en señales eléctricas, lo que restablece la audición”.

Cómo se llevó a cabo la terapia génica

A los pacientes, que fueron observados durante un periodo de 13 o 26 semanas, se les inyectó copias funcionales del transgén humano OTOF transportado por un virus adenoasociado (AAV) en sus oídos internos, mediante una cirugía especializada mínimamente invasiva. El primer caso de tratamiento bilateral se llevó a cabo en julio de 2023. Durante el seguimiento, se observaron 36 sucesos adversos, pero no hubo toxicidad limitante de la dosis ni efectos graves. Los cinco niños recuperaron la audición en ambos oídos, con “mejoras espectaculares” en la percepción del habla y la localización del sonido.

Dos de los pequeños adquirieron la capacidad de apreciar la música, una señal auditiva más compleja, y se los observó bailando a su ritmo en videos grabados para el estudio. El ensayo sigue en curso y los participantes continúan siendo evaluados.

Limitaciones del estudio

Los expertos puntualizan que el estudio bilateral requiere más consideración en comparación con el unilateral (un solo oído), ya que la intervención en ambos y en una sola cirugía duplica el tiempo quirúrgico.

Además, al inyectar dosis dobles de AAV en el organismo, es probable que la respuesta inmunitaria sea más fuerte y el potencial de efectos adversos podría ser mayor. De cara al futuro, será esencial seguir analizando las terapias génicas y los implantes cocleares en ensayos aleatorizados más amplios.

 

Fuente: SINC.