En un nuevo informe titulado “El precio de la inacción: El costo global privado, fiscal y social de que las y los niños y jóvenes no aprendan”, la UNESCO calcula que el costo para la economía mundial de la desescolarización y de las carencias educativas ascenderá a 10 billones de dólares al año de aquí a 2030, más que la suma de los PIB anuales de Francia y Japón.
Actualmente, con 250 millones de niñas y niños excluidos del sistema educativo a través del mundo, este informe de la UNESCO analiza por primera vez el costo para la economía y las consecuencias sociales de las carencias educativas. Audrey Azoulay, Directora General de la organización hizo un llamamiento a los Estados Miembros de la Organización para que salgan cuanto antes del “círculo vicioso” de la desescolarización.
“El costo mundial de la desescolarización y de las carencias educativas es vertiginoso: 10 billones de dólares al año. Y a estas consideraciones económicas se añaden importantes estragos sociales. Hago un llamamiento a nuestros Estados Miembros para que velen por que este derecho universal se convierta lo antes posible en una realidad para todos los seres humanos”, expresó Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO
Un nuevo informe de la UNESCO sobre desescolarización y las carencias educativas
En 1948, la educación fue declarada un “derecho humano universal”. Ese derecho se reafirmó en 2015, cuando las Naciones Unidas fijaron el acceso a una educación de calidad para todos como objetivo de desarrollo sostenible.
No obstante, a pesar de los avances logrados en las últimas décadas en el acceso a la educación, 250 millones de niños y de jóvenes de todo el mundo siguen sin escolarizar y el 70 % de los niños de 10 años en los países de ingresos bajos y medios son incapaces de comprender un texto sencillo.
En este sentido, el informe estima que reducir en tan solo un 10 % la proporción de jóvenes que abandonan prematuramente los estudios o carecen de las competencias básicas impulsa el crecimiento anual del PIB entre 1 y 2 puntos porcentuales. Por lo tanto, la educación parece ser una de las mejores inversiones que pueden hacer los países.
“El mensaje que transmite este informe es claro: la educación es una inversión estratégica, una de las mejores inversiones posibles para los individuos, las economías y el conjunto de la sociedad”, agregó.
Más allá de las consideraciones económicas, la investigación alerta de los graves estragos sociales que provocan las carencias educativas. Las lagunas en la adquisición de las competencias básicas se asocian, a nivel mundial, con un aumento del 69 % de los embarazos precoces entre las jóvenes.
Por último, para alcanzar el objetivo de una educación de calidad para todos, la UNESCO formuló 10 recomendaciones que están disponibles en el documento.