Desde el Instituto de Salud Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) recalcaron que el aire contaminado por los incendios en la isla puede provocar daño genético en la población, entre otros males, como irritabilidad y el ya conocido catálogo de afecciones respiratorias. La advertencia llega en medio de persistentes incendios en la Isla de los Mástiles, frente a Granadero Baigorria, que ya consumieron alrededor de 500 hectáreas y, aun con una fuerte intervención de brigadistas, seguían activos.
En un comunicado de prensa que se conoció este sábado, el médico Damián Verzeñassi, director del Instituto de Salud Socioambiental (Inssa) de la UNR, abundó en los daños que provoca el humo proveniente de las islas: “Estamos respirando un aire que está cargado con partículas que no solamente impactan en nuestros pulmones, en nuestras vías respiratorias y las inflaman, sino que además viene acompañado de químicos que, incorporados en nuestros torrentes sanguíneos, nos generan problemas de salud”.
El médico impulsor de la investigación La vida hecha humo indicó: “A nivel endocrino, el humo genera trastornos en los sistemas del sueño. Si tenemos menos oxígeno, tenemos menos posibilidad de descansar, se alteran nuestros ritmos circadianos y se genera un aumento en los niveles de estrés. Esto lo que hace es que nuestra sociedad, nuestra ciudadanía, se vuelva más irritable, y esa mayor irritación se traduce en mayores índices de violencia”.
Entre los cuadros principales de afectación a la salud de las personas, el médico enumeró una serie de implicancias explícitas durante los días en que el aire está más contaminado: “Un aire cargado de sustancias químicas y partículas en suspensión que no nos permite oxigenarnos correctamente incrementa los problemas de salud cardiorespiratorios, pero sobre todo cardíacos, aumentando los infartos y los problemas de insuficiencia cardíaca. Nos genera problemas a nivel oftalmológico y dermatológico, esto lo conocemos todos".
Y alertó: “Lo que no estamos en condiciones de asimilar es la información respecto del daño genético que genera el estar respirando aire con este tipo de partículas y de sustancias químicas”.
Existen estudios, según Verzeñassi, que demuestran “que las mujeres que, estando embarazadas, respiran aires cargados de partículas químicas en suspensión, lo que hace es generar menos irrigación y menos oxigenación en sus niños en gestación. Esto implica aumento en los nacimientos prematuros, aumento de los nacimientos con niños de bajo peso y aumento del riesgo de aborto espontáneo. También hay estudios que hablan de la cronificación de enfermedades respiratorias”.
Y, a modo de cierre, Verzeñassi opinó que “un rasgo distintivo que parece despertar a las autoridades provinciales es el humo. Cuando cruza los límites geográficos de los territorios en llamas para generar estragos en las poblaciones urbanas a través del aire contaminado, ahí parece cobrar interés público”.
Hizo un llamado a discutir el modelo de producción: “Algunos apoyan, votan y promueven políticas públicas que favorecen el ecocidio y el saqueo de nuestros bienes comunes, como pasó hace algunos días con la adhesión de Santa Fe al RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones), pero luego quieren culpar a los kayaquistas de las crisis climáticas que sufre nuestro territorio”.