Las acciones de Novo Nordisk, el gigante farmacéutico detrás de Ozempic y Wegovy, se hundieron este lunes tras confirmarse que uno de sus medicamentos para diabetes no logró frenar el avance del Alzheimer en ensayos clínicos avanzados.
El revés que representaron estos resultados negativos en dos estudios clínicos encendió dudas sobre la estrategia de innovación del grupo y profundizó un año especialmente turbulento para la compañía.
La empresa danesa anunció que las pruebas a gran escala realizadas sobre casi 4.000 pacientes con señales tempranas de Alzheimer no demostraron que semaglutida –el mismo principio activo presente en Ozempic, Wegovy y Rybelsus– pudiera ralentizar el deterioro cognitivo.
Los participantes del ensayo ya presentaban acumulación de proteína amiloide en el cerebro, uno de los rasgos iniciales de la enfermedad. Y aunque se observaron mejoras en ciertos biomarcadores vinculados al Alzheimer, los resultados no se tradujeron en un retraso real de la progresión del trastorno neurodegenerativo.
Ante esto, el mercado reaccionó de inmediato: las acciones de Novo llegaron a caer hasta 12% en la jornada y cerraron con un descenso del 5,8%, lo que dejó su valuación en torno a 1,3 billones de coronas danesas (unos USD 198.000 millones). En Wall Street, en tanto, $NVO caía más de 5%.
Una apuesta con resultados desalentadores
Novo admitió desde el principio que el potencial de semaglutida para tratar Alzheimer tenía bajas probabilidades de éxito, pero decidió avanzar debido al desafío que representa esta enfermedad a nivel global, con más de 55 millones de personas que viven con demencia.
La esperanza era que un fármaco ya probado y comercializado masivamente pudiera convertirse en una solución terapéutica para una enfermedad cuyo tratamiento la ciencia aún no logra descifrar. Pero la ambición quedó trunca cuando se confirmó que los datos no mostraron ninguna superioridad respecto al placebo administrado en los participantes de los ensayos.
Un año negro para Novo Nordisk
Las acciones de Novo acumulan una caída cercana al 60% en los últimos 12 meses, en medio de cuestionamientos de inversores por el flujo de ventas de nuevos medicamentos para obesidad y diabetes, la unidad de negocio que sostiene el éxito global de Ozempic.
Además, mientras la empresa atraviesa un reordenamiento interno profundo –cambió a su CEO en mayo y perdió una batalla clave para comprar la biotecnológica Metsera–, su principal rival, Eli Lilly, avanza a paso firme y la semana pasada se convirtió en la primera farmacéutica en alcanzar el billón de dólares de capitalización bursátil en Estados Unidos.
La gran pregunta para los inversores es si Novo puede sostener su liderazgo en tratamientos para obesidad en un sector cada vez más competitivo, lo que aumenta la presión sobre el nuevo directorio.



