La Justicia provincial condenó este martes a Pablo Nicolás Camino por haber sido jefe de una de las células de Los Monos, por una saga de extorsiones a una familia de la zona oeste, a la que despojaron de plata y dos autos, y por intimidaciones a agentes penitenciarios. A través de un juicio abreviado, le dieron 16 años de prisión que, como se suman a sentencias anteriores, el monto total asciende a 40 años

El tribunal integrado por Silvana Lamas González, Ismael Manfrín y Fernando Sosa homologó el acuerdo entre el fiscal Pablo Socca y la defensa particular del acusado, que en paralelo afronta imputaciones por el doble femicidio de las hermanas Gorosito –perpetrado en Pérez– y una seguidilla de cinco homicidios y balaceras, entre las que se encuentra el ataque contra el supermercado Único de la familia de Antonela Roccuzzo de Lavalle al 2500. 

El secuestro al voleo y asesinato del músico Lorenzo "Jimi" Altamirano, entre los homicidios atribuidos a Camino. (Foto: Alan Monzón/Rosario3)

Los 16 años de condena que le dieron este martes a Camino fueron por siete causas, algunas de ellas relacionadas entre sí. La primera de ellas es la de asociación ilícita, donde el fiscal lo tiene ubicado como el líder de una estructura que operó en los barrios Godoy, Villanueva y Bajo Cullen para Los Monos. 

En ese expediente voluminoso, el recluso –actualmente alojado en Ezeiza– fue sindicado por haber instigado balaceras, homicidios, extorsiones, amenazas y usurpaciones. Todo bajo el objetivo de ganar terreno para la venta de droga al menudeo en los territorios en los que su banda ejercía violencia en nombre de la organización liderada por el clan Cantero.

La banda de Camino también está imputada por la balacera al supermercado Único de Lavalle al 2500. (Foto: Alan Monzón/Rosario3)

En la resolución también se hizo hincapié en cuatro hechos que respondieron a una avanzada de la organización hacia una familia que tenía su casa en Dean Funes al 7100. Las víctimas, al principio, recibieron mensajes intimidatorios para que abandonaran la propiedad. Luego, ante la negativa, empezaron a exigirles dinero o bienes a cambio de no atacar a tiros el lugar. 

La secuencia contra esa familia tuvo su primer episodio el 7 de septiembre de 2020, cuando miembros de la organización dejaron un papel donde dejaba el teléfono de Camino y exigía que se comunicaran a ese número para acordar la entrega de su inmueble u otros bienes. Las extorsiones estaban motivadas, según decían desde la estructura delictiva, por una supuesta deuda de un familiar con la célula

Del mensaje a la acción pasó poco tiempo. El 4 de octubre de 2020, desde una moto realizaron siete tiros con una pistola calibre .380 que dieron contra la fachada de la casa de Dean Funes al 7100 y contra un Fiat Uno estacionado. 

Al día siguiente del ataque a tiros, cinco integrantes de la célula de Camino entraron a la casa, robaron objetos de valor y los papeles de uno de los autos de las víctimas, un Gol. Al otro día, ya 6 de octubre de ese año, volvieron al domicilio con un flete y robaron más elementos, como muebles, ropa y electrodomésticos. Casualmente, el Comando Radioeléctrico llegó a la escena tras un llamado al 911, pero no detuvo a nadie y se fue sin siquiera haber hecho un acta de procedimiento

El mismo 6 de octubre de 2020, el recluso se comunicó con la dueña de la casa saqueada para exigirle plata porque, supuestamente, por una denuncia hecha por ella habían detenido a soldaditos de su banda. Como la mujer se negó nuevamente a dejar su inmueble, entregó 30 mil pesos en cuotas de 5 mil pesos, que fue pagando de forma semanal.

No todo terminó ahí. La dueña de casa entregó su Fiat Uno el 12 de octubre de 2020 y seis días después su Gol

Las últimas dos causas por las que condenaron a Pablo Camino tienen que ver con intimidaciones al Servicio Penitenciario. La primera de ellas es por haber ordenado balear la oficina de Asuntos Penitenciarios de Alsina y Pellegrini, atentado que se consumó a las 15.10 del 10 de mayo de 2022. La segunda tuvo lugar el 20 de junio de 2022, cuando a través de Facebook envió mensajes a un agente penitenciario, a quien le dio información y fotos de familiares suyos, todo acompañado del siguiente mensaje: “Vamos a ver si sos tan polenta como le hacés a mi jefe en un buzón. Así que sos el que verdugueás (sic) a mi jefe, ahora vas a tener novedades pronto”.