En medio de tanta oferta de semillas para los productores que hay en Expoagro, el gobernador Maximiliano Pullaro pareció plantar, como una especie de promotor de una por ahora no formalizada liga del interior, una que no es de cosecha inmediata: la del posmileísmo.
Lo hizo con cuidado, casi con sigilo, sin autopostularse, con tono asociativo. Sabe que es un camino largo, sinuoso, con riesgos. Pero al menos planteó la necesidad de trazar una hoja de ruta. “Los gobiernos nacionales, no es una crítica a Javier Milei, tienen muchos funcionarios de Buenos Aires y una mirada porteñocéntrica que no tiene en cuenta al interior productivo. Miran la macro(economía), el mundo financiero, las cripto. Pero nosotros tenemos que mirar la producción, porque somos gente de trabajo y eso es lo que genera empleo. No es en contra del gobierno nacional mostrar una alternativa diferente que puede haber en la República Argentina y que puede ser virtuosa”, dijo el mandatario durante una entrevista con Radio 2.
Fue luego de un acto en la que había proclamado a Santa Fe como “la capital productiva” del país y de declarar que se sentía local en ese ámbito –la tradicional muestra agropecuaria que se realiza en San Nicolás– geográficamente cercano y donde el peronismo, que gobierna la provincia que es sede del evento, siempre es visitante. También en el final de un día en el que pasaron por Expoagro otros gobernadores no peronistas –Ignacio Torres (Chubut), Gustavo Valdés (Corrientes), Martín Llaryora (Córdoba) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos)– que, con sus matices, hacen equilibrio sobre la misma cinta que Pullaro: cuestionan la ausencia de un Estado nacional que les tira por la cabeza el país real, pero defienden el ordenamiento en la macroeconomía que trajo Javier Milei, a quien le aportan sus votos en el Congreso para blindar la gobernabilidad y también darle protección, por ejemplo ante el escándalo cripto.
Los mandatarios mencionados comparten electorado con el presidente y, de hecho, el campo es parte de los sectores que votaron a unos y otro. En el caso de Santa Fe hay, además, otro factor que lo une a la administración libertaria: el gobierno de la seguridad.
Los gobernadores saben que no están en condiciones de discutirle a Milei el presente, más allá de que pulseen en favor de sus intereses regionales, por ejemplo con el reclamo de baja de las retenciones agropecuarias o para que se arreglen las rutas nacionales.
En todo caso, lo que hizo Pullaro es empezar a discutir el futuro. Con una idea clara: que el outsider Milei encabeza una etapa parteaguas que era necesaria y no supo liderar la política tradicional.
Lo que está terminando de volar por los aires en esta etapa es lo que el periodista Esteban Schmidt bautizó como la “coalición del déficit”, el sistema de representación política que luego del conflicto con el campo de 2008 penduló entre el kirchnerismo y el macrismo, sostenido en la grieta que los enfrentaba electoralmente pero los unía en un consenso: la falta de decisión o capacidad para corregir los desequilibrios financieros de un Estado que vendió una ficción de presencia, pero que no supo dar respuesta a los problemas que atormentaban a los argentinos, con la inflación y la pobreza en primer plano.
Lo que Pullaro, los otros gobernadores y el resto de la política que oscila entre el apoyo y la crítica a la gestión libertaria cree es que después, en 2027 o 2031, vendrá otra etapa, en la que habrá que apuntalar la producción y el empleo y reconstruir infraestructura con obra publica. Son conceptos absolutamente ajenos al ADN libertario. Algo así como un recorrido que empezó con el súperEstado, atraviesa la era del infraEstado y terminará, en términos del pullarismo, en el Estado eficiente.
El gobernador se mostró en Expoagro en sintonía con los lineamientos del presente, casi como un abanderado del discurso de ajuste que baja desde Casa Rosada. “El gobierno hizo muchas cosas bien y las acompañamos”, dijo y mencionó “el equilibrio fiscal y bajar impuestos. De hecho, nosotros bajamos más el gasto público que lo que lo hizo Nación. Ese es un valor que encabezó Milei en una batalla cultural”. Pero a la vez, marcó la necesidad de ir por otra agenda: “Ahora necesitamos generar recursos, trabajo y crecimiento económico”.
Eso, entiende el gobernador, no va a venir de gestiones que, como la actual, no apunta sus radares afuera de la avenida General Paz. Tampoco de las que, como las kirchneristas, concentraron construcción política y recursos en el Gran Buenos Aires.
“Nunca hemos logrado construir poder (nacional)”, lamentó el mandatario provincial en su diálogo con Radio 2 y eso es lo que lleva a que un distrito como Santa Fe “aporte tres veces más que lo que vuelve” al fisco nacional.
“Creo que hay que contemplar al interior productivo. La región Centro es un polo de poder importante. También trabajamos mucho en la Región Litoral”, que Santa Fe integra con Formosa, Chaco, Misiones, Corrientes y Entre Ríos, dijo Pullaro, dejando en claro que no hablaba solo por él. Para finalizar: “Eso nos va a permitir mirar el espinel productivo del interior, generar trabajo, empleo y desde allí presentar otro proyecto para la Argentina”.