Pediatras advierten sobre el aumento de casos de meningitis bacteriana y remarcan la importancia de que los chicos tengan las vacunas del calendario. “Estamos teniendo coberturas muy bajas de vacunación”, señalaron.

A raíz del incremento de casos registrados en las últimas semanas, la Dra. Gabriela Ensinck, jefa del servicio de Infectología del Hospital Víctor J. Vilela, explicó cuáles son los puntos más importantes a tener en cuenta para detectar la enfermedad a tiempo.

En conversación con el programa De 12 a 14 (El Tres), la profesional detalló cuáles son los principales síntomas de la meningitis bacteriana: “Es un cuadro que se presenta con fiebre alta, cefalea, vómitos, dolor abdominal e incluso con diarrea. Empieza con síntomas inespecíficos y el problema es si en las primeras 24 horas uno no hace el diagnóstico porque es una enfermedad que evoluciona en corto tiempo”. 

También se presenta una “forma grave, por ejemplo, la meningococcemia, que va acompañada con lesiones petequiales en piel o lesiones tipo hemorrágicas”, profundizó.

Ante el incremento de casos y al ser consultada sobre las vacunas disponibles explicó: “Hay una de ellas que está en el calendario. Es para los grupos ACWY. Es una vacuna muy buena que se colocan dos dosis el primer año de vida con un refuerzo después del año”. 

Sobre esa misma línea, dio cuenta que “también se hace una dosis, gratuita en el calendario, a los 11 años de edad”. “Esta es muy importante porque los que portan en su orofaringe esta bacteria son los adolescentes, o sea, pueden llevarla en forma asintomática y transmitirla a los grupos más vulnerables”, argumentó.

En tanto, Ensinck comentó que hay otra vacuna, “pero que no está en el calendario gratuito, que es contra el meningococo B” y sobre esto, ahondó: “Lo que pasa cuando uno cubre determinado grupo, como el ACWY, va aumentando o queda el serogrupo que no está cubierto”. 

“La edad más frecuente que afecta la meningitis es de los 6 a los 12 meses de edad. Esto es porque los bebés pierden los anticuerpos maternos los primeros seis meses de vida, entonces, tiene como una inmunodeficiencia fisiológica hasta que va desarrollando los anticuerpos. En ese intervalo del primer año de vida hay más riesgos, incluso en niños sanos”, sumó. 

En ese sentido, advirtió: “La enfermedad empieza con síntomas inespecíficos y el problema es si en las primeras 24 horas uno no hace el diagnóstico. Después, el niño con un buen tratamiento puede resolver los signos o síntomas”.

La profesional hizo mención que “5 de 10 chicos pueden quedar con secuelas físicas como cicatrices, amputación de miembros, sorderas o secuelas neurológicas y cognitivas”. 

Por eso, aconsejó a la ciudadanía: “Ante un cuadro de fiebre alta por encima de 38 o 38,5 siempre es preferible consultar. Si hay enfermedades que preocupan a los pediatras son las de este tipo porque comienza con síntomas inespecíficos y uno lo puede confundir con un estado gripal o una gastroenteritis viral”.

A modo de cierre, hizo énfasis en la importancia de sumar la vacuna “meningococo B” al calendario y explicó los motivos: “Los esquemas de vacunación tienen que ser móviles, es decir, de acuerdo a la epidemiología que tenemos. Científicos y pediatras venimos solicitando que se incorpore. Países como Chile y Gran Bretaña la incorporaron”.