Mauro Andrés Antonio, un hombre vinculado con miembros de la barra brava de Newell's y de los Monos, fue condenado a 26 años de prisión como autor de un homicidio cometido en octubre de 2021 en la zona oeste de Rosario. Durante el juicio, que culminó este martes, se ventiló una hipótesis: a Andrés Monte, la víctima fatal del ataque a tiros, lo querían muerto por estar en pareja con la ex de Leandro “Chulo” Olivera, un preso ligado a Los Monos que purga una condena a 12 años por haber atentado contra edificios del Poder Judicial en nombre de su jefe Ariel “Guille” Cantero.

El martes, Antonio escuchó la condena dictada por los jueces Fernando Sosa, Aldo Bilbao Benítez y Paola Aguirre como autor del ataque a tiros en el que le quitó la vida Monte (28) e hirió gravemente a L. C. frente a una rotisería de Vera Mujica y Rueda, en la noche del 29 de agosto de 2021.

Esa noche de invierno las víctimas habían ido a buscar un pedido y se cruzaron con el tirador, que aparentemente llegó a pie y disparó a mansalva con una nueve milímetros, dejando un reguero de vainas y sangre frente al local de comidas de barrio San Francisquito. 

Ambos heridos fueron llevados rápidamente al Heca por familiares, pero Monte –que había recibido siete balazos– falleció, mientras que su amigo L. C. logró recuperarse. Su vida, sin embargo, no fue la misma. Tras sufrir amenazas, debió mudarse de barrio, cambiar de hábitos y amistades.

Luego de que los testigos vencieran el miedo y declarasen, Antonio fue detenido a fines de abril de 2022, tras pasar ocho meses prófugo. Su situación se agravó aún más porque al momento de la aprehensión tenía una pistola Bersa calibre .380 con numeración suprimida.

Los detectives lo interceptaron en Príncipe de Gales al 2800, cuando fue a visitar a su pareja. Iba a bordo de un Nissan Sentra y antes de caer provocó un choque que afectó a cuatro vehículos. En ese ínterin, llegó a destrozar su celular, señala la investigación.

En el debate se ventiló que Antonio solía “ir a la cancha” en la época en que Emiliano “Jija” Avejera, ligado a Los Monos, era el jefe de la pesada rojinegra, en el último lustro de la década pasada.

Jija fue detenido en 2018 y purga una condena a prisión perpetua por homicidios enmarcados en disputas entre bandas. Al momento del crimen de Monte, estaba alojado en prisión junto con el Chulo Olivera. Por eso, durante el juicio se especuló que la muerte de Andrés Monte se trató de un encargo de Chulo a través de Jija.

Ocurre que el único móvil del crimen, según declaraciones, está atribuido a una “reacción de Chulo” contra Monte porque este salía con la madre de su hijo.

“Antonio mató porque se lo encomendó un preso”, sostuvieron varios testigos. A esa conjetura se agregó un dato preciso. Cuando Antonio fue imputado y quedó en prisión preventiva hace más de dos años, pidió quedar alojado junto con Chulo.

“Andrés no tenía problemas con nadie; era un chico trabajador, buen hijo, buen hermano, buen padre y buen vecino”, indicaron los testigos en el juicio. Así las cosas, el hombre llegó a manifestar en vida los riesgos de estar en pareja con E., la ex de Chulo Olivera, puesto que la mujer le había advertido “que no fuera más a su casa porque tenía miedo que le sucediera algo en ese lugar”.

“Si bien la calificación legal no se circunscribe en un homicidio calificado por promesa remuneratoria, el móvil ensayado por los testigos da cuenta de un encargo de parte de una persona privada de su libertad motivado en un problema de «polleras». Y este elemento, si bien no es suficiente para acreditar los elementos de ese tipo penal calificado, sí es susceptible de análisis como pauta agravante del reproche. Antonio mató porque se lo encomendó un preso”.

Esas fueron las palabras de la fiscal Marisol Fabbro en los alegatos de clausura del juicio. La investigadora había pedido 28 años de prisión para Antonio. El tribunal la escuchó: Antonio recibió 26 años por homicidio agravado (consumado y en tentativa); encubrimiento y portaciones de armas.

La escena del crimen (Archivo).

Lo que rodeó el crimen de Monte trajo a su vez tela para cortar en otras causas penales relacionadas con la barra leprosa. 

En octubre de 2021, Ángela Oviedo, una tía política, fue asesinada a tiros. Según una declaración, la mujer estaba “haciéndose la investigadora privada” y pagó caro el hecho de llegar al nombre del autor del homicidio de su sobrino. A su vez, Oviedo estaba juntada en pareja con otro barra leproso, Guillermo “Chupa” Sosa, tiempo después detenido como presunto mentor del asesinato del otro referente: el malogrado Nelson “Chivo” Saravia.