Millones de personas de todo el mundo se ven afectadas por la infertilidad. En muchos casos, este padecimiento se vincula a la ausencia de gametos funcionales. En mujeres, la pérdida de calidad y cantidad de óvulos a partir de los 35 años es una de las principales causas y, la fecundación in vitro convencional, no siempre ofrece una solución para quienes carecen de gametos viables. Por estos motivos, distintas investigaciones buscan alternativas.
Desde la OHSU (Oregon Health & Science University) de Estados Unidos, se desarrolló una técnica experimental denominada mitomeiosis. El procedimiento consta de transferir el núcleo de una célula somática (como las de la piel) a un óvulo donado sin núcleo, provocando que divida su carga genética (como sucede en la meiosis natural).
Este trabajo, para los expertos, representa "un primer paso en nuestro objetivo de ayudar a mujeres que no pueden producir sus propios ovocitos a tener descendencia relacionada genéticamente con ellas". Asimismo, “podrían beneficiarse parejas del mismo sexo que deseen hijos con vínculo genético con ambos miembros”.
La técnica
Con este experimento se obtuvieron 82 óvulos funcionales que fueron fecundados con esperma humano. Un 9% alcanzó la fase de blastocito, correspondiente a los primeros seis días de desarrollo embrionario. Si bien ninguno se cultivó más allá de ese punto, para los autores se trata de una prueba de concepto que demuestra la viabilidad de generar gametos humanos por medio de células somáticas.
La diferencia principal es que no es necesario ya que las mujeres produzcan al menos un ovocito maduro, sólo se requiere una célula somática, como por ejemplo de la piel.
Las limitaciones
Como la mayoría de embriones no progresó, a la vez que se detectaron anomalías genéticas, se requieren más estudios antes de plantear posibles aplicaciones clínicas.
“Todavía no hemos conseguido que los 23 cromosomas correctos se eliminen al formar el corpúsculo polar”, explicaron. Y agregaron: “Esto ocurre porque, al introducir el núcleo de una célula somática en el óvulo, los cromosomas homólogos no se alinean correctamente en el nuevo huso acromático. Al no producirse ese emparejamiento, la separación durante la división genera muchas alteraciones genéticas (aneuploidías) que impiden el desarrollo normal del embrión”.
Además de comprender cómo se alinean los pares de cromosomas para formar ovocitos con la dotación genética adecuada y promover el intercambio de material hereditario, se debe tener en cuenta el imprinting. Este mecanismo epigenético determina qué genes se expresan según si proceden del padre o la madre, resultando esencial para el desarrollo embrionario.
“Yo creo que como mínimo faltan diez años para que pueda haber aplicaciones terapéuticas en humanos”, concluyeron.
Fuente: SINC.



