La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich tiene una llave para que el aumento del calado navegable de la hidrovía no sea tan tímido como el que establecen los pliegos de la licitación que puso en marcha el gobierno nacional. Así los estiman las entidades empresarias que reúnen a los principales usuarios de la vía navegable (puertos, navieras, agroexportadores, industriales) que se concentran en informarle a la alta funcionaria que necesitan que disponga y ordene un cambio en los reglamentos de la Prefectura Naval.
La situación es la siguiente. En los pliegos, se dispone llevar la profundidad de la vía navegable de los 36 pies actuales a los 39 pies. La ejecución de la obra para llegar a esa profundidad arrancaría al cuarto o quinto año de concesión.
El tema es que la profundidad de 39 pies del río significa un calado navegable de algo más de 35 pies, cuando el actual es de 34 pies.
Ese aumento tiene sabor a muy poco para el complejo agroexportador cerealero que insiste con la necesidad de un mayor calado para hacer frente a la tendencia de uso de barcos cada vez más grandes para reducir costos de fletes.
En efecto, si la hidrovía llega a 35,4 pies de calado navegable, los barcos que lleguen al Gran Rosario no saldrán totalmente cargados teniendo que completar en otros puertos, encareciendo los costos logísticos. No en vano, en los puertos de Montevideo y Santos el dragado alcanza profundidades de 43 y 49 pies. Es más, los 39 pies de profundidad proyectados para la hidrovía ya son acotados hoy para los actuales grandes buques.
Pero además en las entidades empresarias entienden que llevar a que el dragador aumente la profundidad de 36 a 39 pies significará un costo importante de obra que al mover poco el amperímetro de la mercadería que se transporte (porque el calado navegable solo subirá un pie y algo más) presionará hacia el alza a la tarifa del peaje, cuando -justamente- lo que se busca es darle competitividad al sistema.
Alternativa Bullrich
Ante esta situación, la Cámara de Puertos Privados Comerciales, la Cámara de la Industria Aceitera, el Centro de Exportadores de Cereales y la Cámara de Actividades Portuarias, le pidieron por carta al gobierno que “incorpore la obligación del concesionario de llevar la profundización desde los actuales 34 a futuros 40 pies de calado navegables”.
Pero además, las entidades empresarios activaron contactos con Patricia Bullirch, a quien conocen muy bien tanto por su campaña presidencial como por el contacto directo que tienen con ella por tratar con ella los temas vinculados a la seguridad y el combate al narcotráfico por la hidrovía.
¿Y en qué puede ayudar Bullrich? Resulta que es una resolución de Prefectura la que dispone que tiene que haber dos pies debajo de quilla por razones de seguridad, lo que explica por qué el canal debe dragarse a una profundidad de 36 pies para que el calado navegable sea de 34 pies, como pasa ahora.
El tema es que esa resolución, que es la 4/2018, establece que hasta 34 pies de profundidad debe haber dos pies de seguridad debajo de quilla (por eso la profundidad que se draga es de 36), pero a partir de los 34 se sube el margen hasta llegar a quedar fijo en el 10% a partir de los 35. Es por eso que con una profundidad de 39 pies, como se busca en el pliego, el calado navegable no llegaría ni a los 36 pies.
Las entidades empresarias buscan ahora que Bullrich cambie el sistema y disponga que, al menos, se dejen los dos pies de seguridad debajo de la quilla de la actualidad, lo que en la práctica permitiría que los 39 pies de profundidad previstos al menos permitan llegar a los 37 pies de calado navegable. Para los puertos, lograr ese cambio es la diferencia entre el día y la noche. No es nada menor la mejora que se lograría.
Igual, no son pocos en el ambiente que temen que cambiando los márgenes de seguridad haya más varaduras. Eso sí, los que estarían agradecidos serían las empresas de salvamento. Y hasta temen que las aseguradores vayan a subir las primas por mayores riesgos.
Por el contrario, y para justificar lo correcto del requerimiento de la readecuación de la ordenanza, las entidades sostuvieron que el cambio tiene el visto bueno de la Cámara de Actividades de Practicaje y Pilotaje y de la Asociación Internacional de Infraestructuras del Transporte Acuático (Pianc).
Igual, la apuesta es a doble: mientras le piden al Ministerio de Economía que cambie los pliegos y le de más profundidad (42 pies), le solicitan a Prefectura que mantenga los dos pies debajo de la quilla, lo que permitiría un calado navegable de 40 pies, y de esa forma desde Timbúes al Océano se podrá navegar, también, con buques de dimensiones mayores al Panamax y todos con mayores calados, evitando el completamiento de cargas en puertos oceánicos profundos y/o reduciendo el "falso flete" de la carga, para los destinos lejanos.
Por el lado de Bullrich, los lobbistas del sector ven posibilidades de cambio. ¿Y por el lado de Economía? Final abierto.