El gobierno nacional publicó recientemente el Decreto 781/2025, mediante el cual el derecho de importación extrazona para 14 categorías de juguetes baja del 35 % al 20 %.
Las categorías incluidas son, entre otras: triciclos, patinetas, juguetes con ruedas, muñecas y muñecos, coches para muñecas, bloques de construcción y rompecabezas.
Según explica la Secretaría de Industria y Comercio, la medida tiene por objetivo incrementar la competencia en el mercado nacional y reducir los elevados precios al consumidor, dado que Argentina presentaba los valores más altos de toda la región para este tipo de bienes.
Impacto en el consumidor
Con la rebaja arancelaria, los juguetes importados quedan gravados al mismo nivel que el resto de los países miembros del MERCOSUR. Al reducirse la barrera tributaria se espera una mejora en la oferta, menores costos logísticos y, en consecuencia, una disminución de precios al público.
Ejemplos citados por el gobierno muestran que un muñeco transformable de franquicia internacional costaba en Argentina aproximadamente $ 60.000, mientras que en Colombia el mismo modelo se conseguía por $ 40.000, en Brasil y Chile por unos $ 20.000, y en México por $ 15.000.
Reacción de la industria local
La respuesta de los fabricantes argentinos del sector juguetero se mezcla entre reconocimiento y cautela. El presidente de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), Matías Furió, saludó que se nivele el arancel al estándar regional, una demanda histórica del sector.
Sin embargo, la industria advierte que la medida llega en un contexto complejo: el sector registra dos años consecutivos de caída en las ventas, cuenta con aproximadamente 180 establecimientos productivos y alrededor de 8.000 empleos directos e indirectos.
Además, desde la CAIJ se subraya que la reducción de aranceles debe ir acompañada de políticas de soporte para la producción nacional (como menores costos de insumos, financiamiento, mejoras competitivas) para evitar que la apertura favorezca casi exclusivamente a importadores y erosione el tejido fabril local.
Riesgos y oportunidades
Por un lado, la apertura puede permitir que la población argentina acceda a juguetes con mejores estándares de calidad y precios más razonables, lo cual es una buena noticia de cara al consumo navideño y al mercado infantil. Por otro lado, si la industria local no está preparada para competir bajo esta nueva ecuación, podrían acrecentarse los desafíos: menor producción nacional, riesgo de despidos y mayor dependencia de proveedores externos.
Asimismo, se mencionó la informalidad como una variable importante: se estima que cerca del 30 % del mercado juguetero operaba con importaciones irregulares, subfacturación o saltos de posición arancelaria.
En ese sentido, la normativa aclara que los productos importados deberán cumplir con la normativa de seguridad de juguetes (Resolución 163/2005) para evitar que la bajada de barreras implique mayor circulación de juguetes sin certificación adecuada.
Conclusión
La implementación del Decreto 781/2025 marca un cambio relevante en la política de importaciones para el rubro juguetero. Para los consumidores representa una posible mejora en precios y variedad; para la industria local, un escenario de mayor exigencia competitiva.
El éxito de la medida dependerá de cómo se articulen los apoyos a la producción nacional, los controles de calidad y la velocidad con que el mercado responda al nuevo esquema arancelario.

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