En un contexto económico que obliga a las empresas a "parar la pelota" y recalcular, la sostenibilidad dejó de ser un simple maquillaje de marketing para convertirse en el eje central de la estrategia de negocio. Ya no se trata de una opción de "responsabilidad social" que queda linda en un folleto; es la hoja de ruta que define cómo una compañía atraviesa la tormenta, optimiza sus recursos y, en el mejor de los casos, logra crecer. Un ejemplo claro de esta transformación es el reciente Reporte de Sostenibilidad 2024 de Milicic, una compañía con fuerte presencia local y regional, que desnuda cómo los criterios ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) fueron la palanca para gestionar un año que se veía complicado.
El documento no es menor. Es el tercer reporte de la empresa elaborado bajo los exigentes estándares GRI (Global Reporting Initiative) y alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Pacto Global de la ONU. El informe detalla cómo la compañía logró "dar vuelta" resultados adversos de los primeros trimestres hasta cerrar con un balance operativo equilibrado. En un año donde muchos "se achicaron", ellos avanzaron en su estrategia de diversificación con su primer proyecto en Perú. Esto no es casualidad; es el resultado de una Visión 2027 que pone la sostenibilidad en el centro de la mesa.
Como bien expresó Marian Milicic, gerenta general, la clave está en "Construyendo confianza". Y esa confianza, que parece un activo intangible, se construye con acciones medibles y concretas, desglosadas en cinco pilares que cualquier empresario, sin importar su tamaño, debería analizar.
El primer pilar es el núcleo duro del negocio: Negocio y Cadena de Valor. Aquí, Milicic atacó dos frentes críticos para cualquier empresa argentina: la eficiencia operativa y el riesgo de mercado. La diversificación geográfica con el proyecto en la quebrada de Cabuyal, Perú, es la aplicación práctica de "no poner todos los huevos en la misma canasta". Mientras consolidan operaciones en el corazón de Vaca Muerta (Neuquén) y San Juan, abrir un frente externo blinda a la compañía de los vaivenes exclusivos de la economía local. Pero la expansión requiere eficiencia. La renovación de la flota de camiones, logrando que un 76% de las unidades cumplan la norma Euro 5, no es solo un gesto por el planeta. Sí, reduce emisiones, pero fundamentalmente optimiza el consumo de combustible, un costo que hoy ahoga a muchas empresas. Ese ahorro, sumado a la optimización de los procesos de cotización, es ganancia directa.
El segundo pilar, Personas, aborda el activo más volátil y valioso: el talento. En un mercado laboral competitivo, cuidar el "clima interno" es una estrategia de retención. La adhesión a los Principios de Empoderamiento de las Mujeres (WEPs) de ONU Mujeres y la implementación de un Protocolo para el Abordaje de la Violencia y Acoso Laboral no son simples cumplimientos legales. Son señales claras de qué tipo de cultura se busca construir. Para una compañía, donde cada empleado es clave, generar un ambiente seguro y respetuoso reduce la rotación y el ausentismo. Destaca también la evolución de su programa "Cultura de Seguridad", que pasó de una visión meramente preventiva (el cartel de "cuidado") a una proactiva (analizar por qué el problema existe y eliminarlo de raíz). Este salto de madurez en la gestión de riesgos es fundamental para la continuidad del negocio.
Luego viene el pilar que muchos asocian (erróneamente) solo con costos: el Planeta. Milicic avanzó en este frente con acciones que demuestran un retorno de la inversión. Realizaron una nueva medición de la huella de carbono validada externamente por ALPA. ¿Por qué esto es importante para una empresa como Milicic? Porque lo que no se mide, no se puede gestionar. Saber dónde estás "contaminando" (o gastando energía de más) es el primer paso para reducir costos. La validación externa, además, genera credibilidad frente a clientes o inversores que cada vez más exigen este tipo de métricas. Profundizaron en la gestión de residuos (reciclaje de RAEE, pilas, compostaje) y, clave a futuro, iniciaron el desarrollo de un esquema integral de economía circular. Esto significa dejar de pensar en el modelo "producir, usar y tirar" para pensar cómo los residuos pueden reinsertarse como recursos. Esto puede significar desde reducir costos de disposición final hasta encontrar nuevas unidades de negocio en el re-procesamiento de sus propios descartes.
El cuarto pilar es la Comunidad. Ninguna empresa opera en una burbuja. Milicic, con sede central en Rosario y oficinas en CABA y ahora Lima, entiende que la licencia social para operar se gana día a día. El reporte destaca la profundización del vínculo con las localidades cercanas a sus proyectos, priorizando el empleo y abastecimiento local. Esta política no es solo altruismo; es inteligencia de negocios. Una comunidad que siente a la empresa como propia, que le da trabajo a sus vecinos y compra en sus comercios, se convierte en la primera defensora del proyecto. Para una PYME de barrio o una industria en un parque industrial, ser un "buen vecino", con inversión social y programas de voluntariado, genera una lealtad que ninguna campaña de publicidad puede comprar.
Finalmente, el pilar transversal que sostiene todo: Gobierno Corporativo e Integridad. Esto puede sonar a algo lejano, propio de las "corporaciones". Sin embargo, es vital. Contar con un Programa de Integridad y un Comité de Ética (pilares fundamentales en Milicic) asegura prácticas comerciales éticas. Un canal de denuncias confidencial protege a la propia empresa de malas prácticas internas antes de que escalen a un problema legal o reputacional. Para una empresa familiar, tener reglas claras de gobernanza evita conflictos futuros entre socios o herederos. Pero el dato más contundente de este pilar es la composición de su Directorio: mantuvo una representación femenina del 50%. Esto no es una cuestión de "cupo", es una decisión estratégica. Múltiples estudios demuestran que la diversidad en los órganos de decisión reduce el "pensamiento de rebaño" (groupthink), aporta visiones diferentes y, en última instancia, lleva a mejores decisiones de negocio y a una mayor resiliencia financiera.

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