Un milagro muy particular se dio en la jornada de este miércoles, que tuvo a dos jóvenes embarazadas como protagonistas, y una de ellas le salvó la vida al bebé de la otra.

En una vivienda de la zona sur, en bulevar Segui e Italia comenzó la historia con un inesperado trabajo de parto prematuro. Cataleya tiene ocho meses y nació en la habitación de sus padres, con la sola asistencia del papá y el trabajo de su mamá.

La niña al nacer respiraba, y su papá tras sacarla, la puso en el pecho de su mamá. Pero poco después, comenzó a empalidecer y dejó de respirar. Fue entonces que en la desesperación, el papá habló a alguien telefónicamente al grito de “se me muere, no respira”.

Fue por esos gritos que su vecina de la casa lindera, Ailén, otra joven embarazada, escuchó lo que sucedía y les tocó el timbre. El padre salió con su beba en brazos, y la vecina entonces le hizo maniobras y golpes en la cola durante unos 45 minutos, hasta que volvió a respirar.

La pequeña y su madre fueron luego trasladadas a la Maternidad Martin, ambas en buen estado y fuera de peligro.

En diálogo con el móvil de Telenoche (El Tres), Ailén recordó con emoción: “Él hablaba con alguien por teléfono diciendo 'se me muere.. ', así que me acerqué a ver qué pasaba, y me trajo a la chiquita envuelta en una toalla. Estaba toda morada. Le pregunté a mi papá, y me dijo pegale en la cola. Cuando reaccionaba justo vino un policía y le empezó a hacer RCP. Ahí abrió los ojitos. Ellos estaban nerviosos así que me enfoqué en el bebé, después la ayude a la madre a limpiarla y le di algo de ropa para ponerse hasta que se las llevaron”.