Una nueva investigación sugiere que los científicos podrían utilizar los puntos fríos lunares naturales, algunos de los cuales no vieron la luz del sol durante miles de millones de años, para preservar especies en peligro de extinción. El ambicioso plan, elaborado por científicos del Instituto Nacional de Zoológico y Biología de la Conservación (NZCBI) del Smithsonian en Washington, DC, Estados Unidos, sería el primero de su tipo.

Una solución de almacenamiento de esta naturaleza se llama biorrepositorio, y ya existe en la Tierra uno similar para las semillas de 1,3 millones de variedades de plantas. Sin embargo, todavía no existe tal cosa en la superficie lunar.

Según los expertos explicaron que la Luna está lo suficientemente lejos como para estar protegida de cualquier incidente apocalíptico que pudiera hacer que la Tierra fuera inhabitable. En ese sentido tienen un plan para almacenar el ADN de especies en peligro de extinción en caso de un desastre catastrófico en el planeta.

El plan para un biorepositorio lunar, publicado en la revista especializada BioScience, también puede ayudar a terraformar otros planetas, como Marte. Los científicos ya descubrieron que un musgo antártico podría ser clave para producir aire respirable en el Planeta Rojo. Pero el futuro de Marte puede incluir algunas de las criaturas más amenazadas de la Tierra.

Las células animales, embriones, semen y tejidos se congelarían para su conservación, en un proceso llamado conservación criogénica. "Inicialmente, un biorrepositorio lunar se centraría en las especies que se encuentran en mayor riesgo en la Tierra hoy en día", dijo la autora principal Mary Hagedorn, criobióloga del NZCBI. 

Si bien sería costoso, aproximadamente cinco veces más caro que una bóveda similar en la Tierra, un biorrepositorio lunar en realidad sería más barato de mantener. Esto se debe a que las temperaturas frías son necesarias y requieren más energía para alcanzarlas en la Tierra que en la Luna, donde el clima es naturalmente más frío. En los cráteres profundos cerca de los polos de la Luna, las sombras permanentes mantienen la superficie lunar por debajo de los -246 °C. Las células animales requieren temperaturas de almacenamiento mucho más bajas para su conservación, alrededor de -196 °C.

Como parte del estudio, Hagedorn y sus colegas criopreservaron muestras de piel de un pez de arrecife llamado gobio estrellado (específicamente de sus aletas). Las aletas contienen un tipo de células cutáneas llamadas fibroblastos, que producen el marco estructural de los tejidos animales y desempeñan un papel fundamental en la cicatrización de heridas. A continuación, las muestras se someterán a pruebas de exposición a la radiación, para ver cómo reaccionan las muestras de ADN en condiciones similares en la Luna.

Estas pruebas podrían tener lugar en la Estación Espacial Internacional, pero probablemente no en un futuro próximo. El proyecto forma parte de un "programa de décadas" para poder rescatar al reino animal de la extinción. No está claro cuántas especies se incluirán en esta hazaña.

Hoy en día, hay alrededor de dos millones de especies en peligro de extinción. "La creación de un biorepositorio lunar requerirá la colaboración de una amplia gama de naciones, grupos culturales, agencias y partes interesadas internacionales para desarrollar planes aceptables de conservación de muestras, gobernanza y largo plazo", dijeron los científicos en su estudio. "Proteger la vida en la Tierra debe ser una prioridad máxima en la carrera por construir sitios en la Luna para industrias y muchos tipos de ciencia", agregaron.