En estos primeros meses del año en Rosario nacieron varias asambleas barriales espontáneas en disconformidad con las medidas que viene llevando a cabo el gobierno nacional, a partir de los anuncios de la ley Ómnibus y el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU). Muy similares a las que surgieron en el 2001, son heterogéneas, compuestas por vecinos de clase media y más humildes que se reúnen semanalmente en cruces de avenidas o plazas centrales de su barrio para pensar salidas conjuntas a los tarifazos, el ajuste y la inflación. Pero también, para tratar otros temas como el dengue y los cortes de luz. Son espacios de pensamiento, ayuda colectiva y también, catarsis.

Los asuntos que abordan de manera horizontal y autogestiva en busca de salidas o de reclamar a las autoridades son, entre otros, la quita de subsidios al transporte, el conflicto docente, la ley de Alquileres, los aumentos de servicios, así como asuntos puntuales de cada barrio, como los cortes de luz y el dengue. Un signo de época que se replica también en muchos barrios de Ciudad de Buenos Aires (Caba).

Hasta el momento las asambleas son nueve, y hay una en formación, en Ovidio Lagos y Arijón. Hasta ahora hay dos grandes asambleas en la zona sur (una en San Martín y Ayolas y otra en Arijón y Ayacucho), y otras en los barrios Belgrano (en Mendoza y Provincias Unidas); Echesortu (Mendoza y Avellaneda); Fisherton Industrial (Junín y México); Emaús (Juan José Paso y Donado); Alberdi (Plaza Alberdi, bulevar Rondeau y Puccio); Triángulo y Moderno (bulevar Segui y Rouillon); y Agote y Pichincha (Córdoba y Vera Mujica).

Rosario3 dialogó con Gabriela Barán, una vecina del barrio Saladillo que es docente, y que participa en la asamblea de Ayacucho y Arijón, y con Jazmín Levi, empleada de un comercio de calle San Luis, y vecina activista de barrio Belgrano. Esta última destacó que "la asamblea de Mendoza y Provincias Unidas fue la primera de todas: nació el 19 de enero, de cara al paro general que se realizó contra los anuncios nacionales, y que lograron frenar la ley Ómnibus. Nos dimos cuenta de que éramos una fuerza que había que sostener".

Recordó que en diciembre nacieron las asambleas de Buenos Aires, y fue en la zona de las Cuatro Plazas que los vecinos entendieron que "eran actores de relevancia, porque cuando se votó la ley Ómnibus, ellos fueron los primeros en manifestarse frente al Congreso". Fue así que se propusieron replicarlo: "Había que hacer asambleas en Rosario también, y desde entonces, cada semana se fueron creando más".

Gabriela, desde el sur de la ciudad, relató sobre la organización de la asamblea de barrio Saladillo: "El 3 de febrero pasado fue nuestra primera reunión, por lo que aún estamos creciendo, pero buscamos ser un canal cercano para que los vecinos puedan manifestarse, porque muchas veces las movilizaciones son más en el centro y no pueden llegarse hasta allá". Aunque reconoce que puede haber "catarsis" en la asamblea ante la angustia social palpable, destacó que "el debate se vuelve una instancia de decisiones, y entusiasma conocerse con gente maravillosa, aun con distintas posiciones, y con diálogos respetuosos".

En Saladillo se encuentran cada sábado a las 19, donde primero realizan un ruidazo y luego la asamblea debate un sumario de los temas que los preocupan. En cambio, en Belgrano se reúnen los viernes a las 19.30, y primero realizan la reunión para sobre el final terminar con el ruidazo.

Cada asamblea decide el día, hora y punto de reunión, así como los temas a debatir. Lo que caracteriza a todas es que su práctica busca ser horizontal, plural y apartidaria. Participan jubilados, estudiantes, empleados estatales, changarines, trabajadores, docentes, comerciantes y empleados de la salud, y también militantes de varios partidos de izquierda. "Ningún vecino nos dirige, debatimos escuchando todas las voces por igual", aclaró Gabriela.

En general, los ejes principales que las convocan son el desacuerdo con el mega DNU, el protocolo "anti piquetes" emitido por la ministra Patricia Bullrich y la ley Ómnibus. Pero cada asamblea trabaja asuntos propios de su barrio. "Por ejemplo, nosotros impulsamos un petitorio por una campaña efectiva contra el dengue. Y en conjunto, varias asambleas que fuimos al Concejo para manifestarnos contra el aumento del boleto, y ahí nos conocimos entre miembros de cuatro asambleas. Son diferentes consignas que van surgiendo en las que coincidimos o no", detalló Levi.

Señaló que la asamblea de Belgrano "es más clase-mediera", pero recordó que hay otras como las de Fisherton Industrial y Emaús que son más populares. Y detalló: "Sabemos que éstas tienen problemas de alimentación en sus comedores y a la vez están atestados de dengue. Ese es un sector mucho más golpeado, por lo que venimos pensando donaciones de alimentos para llevar". 

Destacó que, entre otros asuntos, "se ha acompañado la lucha docente con ruidazos, y a los jubilados en sus reclamos de aumentos en Ansés y que no se reduzca el presupuesto de Pami. Muchos de ellos ya no están tomando medicaciones porque no les alcanza".

La asamblea de las Cuatro Plazas, en barrio Belgrano, se reúne los viernes al atardecer. (Rosario3)

En la de Saladillo, han aportado con donaciones a un comedor del barrio La Paloma "que no estaba recibiendo nada", y piensan "gestionar un pedido porque lo que están viviendo los comedores es muy preocupante", aseveró Gabriela Barán.

Gabriela destacó que entre las asambleas hay comunicación, "se intercambian los asuntos que se debaten, y se coordinan acciones en conjunto. Evidentemente, surge de la necesidad que muchos sintieron de hacer algo ante la realidad, y una no representatividad de nadie", precisó.

Ya realizaron una primera "asamblea de asambleas" en la que intercambiaron pareceres en torno al aumento del boleto de colectivo y se manifestaron cuando el Concejo lo debatía, y planean realizar otra en tres semanas.

 

Un hilo con las expresiones del 2001, Lepratti y el rol de los jubilados

Los vecinos acudieron a esta forma de organizarse en asambleas espontáneas, heterogéneas e independientes, de la misma forma que se realizaban durante el 2001 producto de la crisis para pensar los trueques y formas de colaboración ciudadana.

De todas, la de barrio Belgrano que es la pionera de las actuales, también funcionaba en las Cuatro Plazas por aquel entonces. Sobre esto, Levi aseguró: “La solidaridad sigue intacta como en aquel entonces en las clases de abajo, algo que en esos tiempos se fortalecía con trueques y con donaciones entre vecinos. Hay un hilo conductor que es la crisis económica que estamos viviendo los sectores más bajos. La diferencia es que en aquel entonces, los participantes eran clases medias ahorristas, mientras que hoy la clase media ya está empobrecida”.

La vecina de aquella zona del cruce de Mendoza y Provincias Unidas recordó entonces: “Cuando fue el estallido en 2001 yo tenía 11 años, y recuerdo que mi madre me llevaba a la asamblea, que se hacía también en las Cuatro Plazas. Ahí se organizaban los trueques y las movilizaciones en las puertas de los bancos antes del corralito, y recuerdo la solidaridad de vecinos que nos regalaban fideos o verduras cuando no llegábamos con la comida”.

Levi asistía en aquel tiempo al comedor de Villa Banana, donde recuerda que conoció a Pocho Lepratti. “Su muerte en las represiones de 2001 fue un golpe muy grande para varios de los barrios donde él asistía. Entendimos que lo mataron simplemente por darle de comer a los chicos. Y aprendimos de él esa militancia que se hace por abajo, volanteando, hablando con los vecinos”, destacó.

Además, la vecina destacó el rol activo de los jubilados, por lo menos en la asamblea de las Cuatro Plazas, quienes fueron también activistas de asambleas en aquel entonces: “Ellos fueron los primeros en sumarse en enero. Recuerdo que en la primera reunión una señora mayor dijo «tenemos que ser muchos Norma Plá» , viendo un paralelismo con 2001. Y otra mujer de 83 aseguró «nosotros somos primera línea, porque ya estamos jugados». Ellos saben que son el eslabón más débil, pero es triste llegar a la vejez y saber que valen tan poco porque no son parte del sistema productivo. Es admirable su convicción con la que activan en la asamblea”.

Muchos de los vecinos que participan en Echesortu son adultos, aunque también en las últimas semanas se sumaron jóvenes. "Participan activamente unos 50 vecinos, aunque en el grupo de WhatsApp somos 90. Estamos volanteando, poniendo pasacalles y en redes para que se sigan sumando vecinos de la zona".

En la asamblea de Ayacucho y Arijón en cambio, los vecinos son unos 30, de entre 30 y 60 años. “Cada vez que nos estamos por reunir en asamblea, hacemos un ruidazo en el semáforo de Ayacucho y Arijón con una gran bandera y carteles. Percibimos que cada sábado los vecinos nos responden con más bocinas en adhesión”.

Cada moción es votada para llegar a resoluciones conjuntas en la asamblea de Belgrano (Rosario3)

Acciones conjuntas en la "asamblea de asambleas"

Las asambleas se encuentran pensando algunas acciones en conjunto, como acciones el 24 de marzo, festivales y sumarse a un paro general. Según precisó Levi "varias de las asambleas estamos votando por un nuevo paro general. Algunas ya tienen unanimidad, otras todavía no lo han debatido, pero la idea es un pronunciamiento conjunto y marchar todas las asambleas coordinadas".

De cara al 24 de marzo analizan una instancia de coordinación de asambleas para marchar juntas o hacer alguna acción pública, pero "algunas son muy nuevas y aún les falta elegir delegados para avanzar en algo en conjunto".

Otra posibilidad es generar festivales culturales barriales para llegar así a los vecinos más jóvenes "para contrarrestar la realidad de violencia y drogas que se vive" y reunir alimentos no perecederos para los comedores de la zona.