Un viaje a Río de Janiero y una aparición televisiva fueron decisivas para que la vida de María Creuza cambie radicalmente, desde el punto de vista artístico, cuando el poeta Vinicius de Moraes la vio y la convocó para hacer una gira que fue una bisagra en su carrera. En 1970, esa gira la llevó por Uruguay -en Punta del Este, junto Dorival Caymmi-, también dio un concierto en el Teatro Solís en Montevideo bajo la dirección del Maestro Jorge Cirino. Después llegó el turno de Argentina, en Mar del Plata, con Toquinho. En su paso por nuestro país, la cantante bahiana grabó con Vinícius y Toquinho el álbum “Vinícius en La Fusa con María Creuza y Toquinho”, uno de los mejores discos grabados en vivo de la música brasileña.

En el repertorio, Maria Creuza interpretó, entre otras canciones de Vinícius, «A felicidade», «Garota de Ipanema», «Eu sei que vou te amar», «Se todos fossem iguais a você» y «Lamento no morro» (todas de Tom Jobim y Vinícius de Moraes), «Canto de ossanha» y «Samba em preludio» -ambas de Vinícius y Baden Powell-, «Minha namorada», entre otras.

Este sábado, la formidable cantante llega a Rosario, para desplegar toda su voz en la Sala Lavardén, a partir de las 21. Y antes de esa presentación, habló en exclusiva con Rosario3

-¿Qué sensaciones tiene pensado en el regreso a Rosario?

-Estoy con todas las expectativas porque es volver a un lugar que me encanta, tengo lindos recuerdos y la gente de Rosario que yo amo, por su demostración de afecto que siempre tuvieron conmigo. Cuando empecé a preparar esta pequeña gira, Rosario ya estaba en mis planes. Voy a hacer un “encuentro”, como dice la propaganda, con mi público que me sigue por tantos años y quiero que los jóvenes también aparezcan para que conozcan un poco más de mi trayectoria, de todo lo que significó la bossa nova y la música brasilera para todo el mundo. Yo me siento muy feliz porque voy a estar como si estuviera en la casa de cada uno, espero, con la gente muy cerca, un café concert que me hace acordar mis primeros pasos acá por estos lares. Es una cosa íntima y voy a cantar los temas que marcaron mi vida y la vida de mucha gente sin duda. Los temas que muestran un retrato perfecto de los poetas brasileros, principalmente mi homenaje a Vinicius de Moraes, eso sin duda, que fue mi gran maestro, mi gran gurú como se dice. Los temas que la gente me pide todo el tiempo son los clásicos como “Garota de Ipanema” por ejemplo que no se puede sacar del repertorio, como “Você Abusou” que es mi marca y “Eu sei que vou te amar”, “Samba em preludio”, todo eso va a estar en ese recital. Así que yo los espero a todos con mucho cariño.

-¿Cómo conoció a Vinicius de Moraes?

-Fue una cosa muy linda, yo estaba haciendo un festival de música en Río de Janeiro, recién llegada de Bahía, de mi tierra, y pretendía quedarme un poco tiempo y volver a Salvador Bahía donde yo tenía un programa propio de televisión, así que no tenía ninguna pretensión de quedarme en Río, pero el destino hizo diferente, Vinicius de Moraes me vio por televisión y pregunto a un periodista amigo donde podía encontrarme. Finalmente se dio una llamada que hasta hoy nunca me olvido, que él dice que era Vinicius de Moraes y yo no podía creer y empecé a reírme. "No, no puede ser", decía yo. Era que me invitaba a una gira por Uruguay y Argentina. Ahí empezó todo, o sea que fue un gran encuentro en mi vida y para la definición de la cantante por supuesto. 

-Se comenta que Vinicius de Moraes tenía un gran poder de seducción…

-La primera frase que me dijo fue tan fuerte que pase horas pensando en eso, que le gustó mucho lo que vio de la chica que estaba cantando en ese festival y “que mi voz lo acariciaba…” (risas). Era carismático, simpático, un tipo bárbaro, y bueno, tenía esa seducción que atrapaba a todo el mundo y principalmente a las mujeres, tanto que se casó nueve veces. En el célebre “Soneto da fidelidade” que yo canto y dice justamente que “el amor no sea inmortal puesto que es como una llama, decía infinito mientras dure”. Mientras dure perfecto, es la filosofía perfecta, mientras dure.

-¿El encuentro con Vinicius de Moraes fue, desde el punto de vista artístico, una bisagra en su vida?

-Si claro, por supuesto, yo vivía en Bahía, tenía ya mi novio en esa época que era compositor y músico también con el cual me casé, autor de “Você Abusou”, mira como son las cosas del destino y finalmente cuando vinimos para hacer los recitales para pasar una semana y pasamos un mes entero, como siempre sucedía con Vinicius, primero vine a Punta del Este con Dorival Caymmi y después vino Toquinho y fue así un encuentro de almas, de hermanos, de todo, porque Vinicius fue mi compadre, mi inspiración para seguir cantando. Y todo eso que ustedes ya saben, la suerte que tuvimos de hacer un repertorio lindo para La Fusa, el disco que se llamaba así porque era el nombre del café concert donde trabajábamos, que fue aquí en Buenos Aires, en Punta del Este y en Mar del Plata también. Y hubo otras cantantes con Vinicius, ustedes saben, cantantes maravillosas, inclusive de Bahía como Maria Bethânia por ejemplo, pero yo marqué tanto, mi imagen se marcó tanto con esta historia de La Fusa que la gente se identificó enseguida conmigo, lo que es un honor, es un abrazo para toda la vida. Y eso yo quiero contar para ustedes ahí el sábado en Rosario.

-La enorme aceptación que tuvo en Argentina también definió que se radique en nuestro país…

-Sí, me radiqué, ya soy medio argentina y medio brasilera, tengo los dos documentos, tengo cédula brasilera y DNI argentino. Eso es una alegría para mí, un honor, y tengo un marido argentino, tengo todo motivo para ir y venir como viajera que soy de tanto tiempo, de tantos años, tantos países, tanta historia para contar. Por eso estoy escribiendo un libro, una autobiografía como se dice autorizada (risas) en donde voy a contar todo lo que pueda, será una especie de legado para mis hijos, para mis nietas, y que sepan mejor la vida de su abuela. Y a esta altura de mi vida estoy cantando con la misma ansiedad, y tengo los mismos nervios de siempre cuando entro en el escenario, que después se va, eso es muy lindo y muy gratificante, y una bendición.