Cada 28 de julio se conmemora el Día Mundial contra las Hepatitis. Se trata de enfermedades que afectan al hígado y, aquellas virales, están causadas por diversos virus. En Argentina, las más frecuentes son la hepatitis A, B y C y, actualmente, existe un brote de hepatitis A cuya prevención puede realizarse mediante vacunas incluidas en el calendario nacional

Las vacunas contra la A y la B son seguras, gratuitas y están incluidas en el calendario nacional. Es necesario que las personas se vacunen y cumplan con el esquema completo. En el esquema público, solo del 20 al 30% completa las tres dosis contra la hepatitis B.

Por su parte, la hepatitis C no tiene vacuna, pero se puede curar con tratamientos disponibles. Con estos recursos, el país adhiere a la meta de la Organización Mundial de la Salud de eliminar las hepatitis virales como amenaza para la salud pública hacia 2030.

Hepatitis virales en Argentina

Se estima que cerca de 300 mil personas tienen hepatitis B o C, pero la enorme mayoría de ellas no lo sabe, mientras que a nivel mundial se calcula que son más de 300 millones los afectados.

Por este motivo, es clave realizarse el test para hepatitis B o C que es rápido y gratuito en hospitales públicos y centros de salud, así como en el marco de campañas abiertas a la comunidad. En caso de dar positivo, es posible de controlar mediante tratamientos que curan más del 95% de los casos en pocas semanas.

Desde la Sociedad Argentina de Hepatología (SAHE), subrayaron: “Hoy podemos imaginar un futuro sin hepatitis virales, pero para eso necesitamos que las personas completen el esquema de vacunación, se testeen y que aquellos que den positivo reciban tratamiento tempranamente. En nuestro país, podrían tomarse las medidas necesarias orientadas a lograrlo, pero falta también información clara y sostenida para que la gente acceda al cuidado de su salud”.

Es clave recordar que las hepatitis pueden no presentar síntomas durante años, pero, cuando estos aparecen, suele ser porque el daño hepático ya es significativo. Por eso resulta importante testearse a tiempo. En ese sentido, insistieron en que todos aquellos pacientes que ya tienen diagnóstico de hepatitis B o C, pero no están haciendo nada por su salud, vuelvan al médico para tomar medidas y lograr controlar a tiempo su cuadro, antes de que el daño ocasione falla hepática, necesidad de trasplante y/o cáncer de hígado.

¿Cuándo hacerse el test?

Todos los adultos deberían testearse al menos una vez en su vida, independientemente de que se consideren que han estado expuestos a situaciones de riesgo. De todos modos, entre estas, se incluyen:

-Transfusiones o cirugías.

-Tratamiento de diálisis.

-Realización de tatuajes, piercings y determinados tratamientos de belleza.

-Compartir elementos punzantes o de higiene personal.

-Mantener prácticas sexuales de riesgo.

-Privación de la libertad.

-Uso de drogas inyectables o inhaladas.

-Convivir con alguien diagnosticado con hepatitis viral.

Fuente: NA.