El teléfono celular o smartphone aparece cada vez más como una extensión del propio cuerpo. Siempre está con uno mismo en donde sea que uno esté. Brilla mientras se come, se ve la televisión, se estudia, incluso en el baño o antes de dormir. Si bien son conocidos los efectos nocivos, no muchas veces se repara en ellos con la seriedad que se amerita.
Por este motivo, expertos diseñaron el mapa del "nouso", alentando a que haya cuatro espacios de la casa en los que el smartphone no aparezca:
-La cama: Una premisa antes de entrar en los porqués de lo perjudicial que es usar el teléfono celular antes de dormir, sobre todo en la infancia y en la adolescencia, puede interferir significativamente en el descanso. Esto se debe puntualmente a dos razones: la luz azul emitida por las pantallas retrasa la producción de melatonina (la hormona que regula el sueño) lo que hace que conciliar el descanso sea más difícil. Y, por otro lado, el contenido que se consume (redes sociales, videos, mensajes), mantiene al cerebro en estado de alerta y lo estimula emocionalmente, lo que dificulta la desconexión necesaria antes de dormir.
-El escritorio al estudiar o trabajar: Si se requiere de concentración, el teléfono celular no ayuda. De hecho, tenerlo al alcance de la mano mientras se estudia o trabaja, reduce notablemente la capacidad de concentración, incluso cuando no se utiliza de forma continua. Es decir, la simple presencia del dispositivo o la expectativa de recibir notificaciones genera distracciones cognitivas muy perjudiciales porque además de interferir con la tarea, amplifica sentimientos de baja autoeficacia. Cada interrupción implica un esfuerzo adicional para retomar la atención y reorganizar la información, lo que disminuye la eficiencia.
-La mesa del comedor: Comer y cenar en familia posee un valor psicoemocional clave, ya que se trata de momentos en donde se fortalecen lazos afectivos, se fomenta la comunicación y se ofrece un espacio para compartir experiencias cotidianas. Cuando el teléfono está presente, la atención se dispersa y se pierde la oportunidad de conexión real entre los miembros del hogar. Dejarlo en el bolsillo es una opción, pero no la idónea. En este aspecto, dejar los dispositivos fuera de la mesa no solo mejora la calidad de la convivencia, sino que también ayuda a crear un ambiente de respeto, escucha y presencia.
-El inodoro: Las razones que aconsejan evitar el uso y contemplación del teléfono celular mientras se está en el baño son varias. Por un lado, permanecer en el inodoro más de diez minutos aumenta la presión sobre las venas rectales y anales, lo cual no es algo saludable porque puede provocar la aparición de hemorroides, el desarrollo de prolapso rectal o disfunción del suelo pélvico. Además, permanecer sentado en el inodoro causa estancamiento venoso, es decir, dificulta el retorno sanguíneo. El problema del uso del teléfono celular es que genera tal nivel de distracción que es muy posible superar esos diez minutos recomendados.
Fuente: EFE.



