Entender a la inmunización como parte de un estilo de vida saludable, manteniendo esquemas de vacunación actualizados, es una de las bases que deben sostenerse en pos de una sociedad más saludable. Esto se debe a que la vacunación no solo protege al individuo que se vacuna, sino que contribuye a la inmunidad colectiva, resguardando en este caso a quienes no pueden vacunarse, ya sea por la edad o por estar inmunocomprometidos. Así lo indicaron distintos profesionales en el Seminario de Periodismo en Salud.
La inmunización es así una de las estrategias más efectivas en salud pública moderna, debido a que previene enfermedades, reduce la mortalidad y evita complicaciones graves. A su vez, las vacunas ya han permitido erradicar enfermedades como la viruela, así como reducir drásticamente otras enfermedades como la poliomielitis, el sarampión o la rubéola.
Según el último Informe Nacional de Coberturas del Calendario Nacional de Vacunación (septiembre de 2025), las dosis aplicadas en los primeros meses de vida muestran coberturas más altas, como BCG (87,1%), Hepatitis B neonatal (83%) o Quíntuple/Séxtuple (84,7%), mientras que los refuerzos caen significativamente, con valores que rondan entre el 65% y el 75%, e incluso descienden por debajo del 50% en el caso de la triple viral o la varicela en niños de cinco años.
Vacunar a tiempo
No vacunar a tiempo a niños y adolescentes expone a la población a enfermedades inmunoprevenibles que pueden tener consecuencias graves o incluso fatales y reduce la posibilidad de la resistencia a los antibióticos.
“El sarampión, por ejemplo, puede causar neumonía o encefalitis, mientras que la tos ferina es especialmente peligrosa en lactantes pequeños. Además, retrasar las vacunas debilita la protección comunitaria y aumenta el riesgo de brotes”, indicaron expertos.
Asimismo, existen beneficios de la vacunación durante el embarazo, especialmente contra la influenza, el tétanos-difteria-tos ferina y el virus sincicial respiratorio (VSR), ya que protegen tanto a la madre como al bebé durante los primeros meses de vida.
Por otro lado, se destaca la importancia de avanzar hacia esquemas de vacunación diferenciados, diseñados según la edad, las condiciones de salud y los factores de riesgo de cada persona para garantizar una protección óptima frente a enfermedades infecciosas.
“La vacunación no se limita a la infancia, sino que debe acompañarnos durante toda la vida. El sistema inmune cambia con el paso del tiempo y, a medida que envejecemos, se vuelve menos eficiente para responder frente a las infecciones, un proceso conocido como inmunosenescencia. Mantener los esquemas actualizados permite reforzar las defensas naturales y reducir el riesgo de complicaciones graves”, resaltaron.
Y añadieron: “La vacunación es una herramienta poderosa para protegerse y proteger a nuestros seres queridos de enfermedades prevenibles. La vacunación, mediante un proceso complejo, estimula al sistema inmune para la producción de anticuerpos que ayudan a prevenir las infecciones”.
En el caso de personas mayores de 65 años, el Ministerio de Salud recomienda que mantengan al día sus refuerzos, completen los esquemas pendientes y se vacunen contra la gripe y el neumococo, incluidas en el Calendario de Vacunación.
En un contexto donde es necesario fortalecer las coberturas de vacunación, proponen incorporar las vacunas como parte de los hábitos de cuidado a lo largo de toda la vida (desde la persona gestante, la infancia, la adolescencia hasta la adultez mayor), lo que resulta esencial para prevenir enfermedades, evitar brotes y promover una vida más saludable.
Fuente: NA.



