Un nuevo estudio proveniente de la Liverpool Hope University (Liverpool, Reino Unido) analizó el comportamiento de 10 madres influencers británicas que suelen compartir deliberadamente fotos de sus hijos en Instagram, con gran confianza en la seguridad de hacerlo. Los resultados se publicaron en PLOS One.
Este comportamiento, denominado "sharenting", despertó la inquietud de si estas acciones comprometen los derechos de privacidad de los niños y su salud. El sharenting se vincula a una serie de posibles daños para los niños, como futuros impactos psicológicos, acoso y acceso a información personal a un sinfín de personas desconocidas, las cuales pueden ser potencialmente peligrosas para su integridad.
Para comenzar a analizar, se encuestó a 10 influencers británicas que, además, son madres. Cada una de ellas cuenta con más de 10.000 seguidores en Instagram y se analizaron 5.253 publicaciones realizadas entre agosto de 2020 y julio de 2021.
Más del 75% de las publicaciones incluían niños y, de ellos, el 46,4% incluía patrocinios y anuncios de productos, lo que sugiere que las imágenes de los pequeños se usa para obtener beneficios económicos. Es importante destacar que las publicaciones no variaban en la cantidad de "likes" recibidos por tener o no tener niños.
La paradoja de la privacidad
En estudios previos, se sugirió la existencia de una paradoja de la privacidad en la que las preocupaciones expresadas por personas sobre la privacidad online, no se alinean a su comportamiento al momento de publicar. Las participantes del estudio tendían a expresar una fuerte confianza en la seguridad de publicar en Instagram e informaron que eran indiferentes o estaban dispuestos a participar en el sharenting, por lo que no existiría tal paradoja en estos casos.
Para los investigadores, se necesita ampliar esta información con estudios más amplios que confirmen sus hallazgos. Por lo pronto, solicitan la aprobación de nuevas leyes para proteger a los niños en línea, como la prohibición del sharenting o el bloqueo automático de imágenes de niños en redes sociales.
Entre los riesgos evaluados, los investigadores sostienen que los niños están expuestos a:
-Impactos psicológicos futuros: Pueden enfrentar consecuencias emocionales o psicológicas al ver sus imágenes expuestas online, sobre todo si no comprenden las implicaciones de la privacidad a una edad temprana.
-Acoso: Las imágenes compartidas pueden usarse para el acoso en línea exponiendo a los niños a comentarios malintencionados, incluso a la creación de contenido dañino.
-Exposición a adultos peligrosos: Pueden utilizar las imágenes para fines inapropiados.
-Violación de privacidad: Los niños no tienen control sobre la información que se comparte de ellos en línea, pudiendo afectarse sus derechos de privacidad en el futuro.
-Exposición a riesgos de explotación comercial: Puede llevarse a una explotación económica de su imagen, ya que las imágenes se usan con fines comerciales para obtener beneficios.
-Posibles consecuencias a largo plazo: Las imágenes compartidas hoy, pueden tener implicaciones en el futuro del niño, desde la manipulación de la imagen hasta efectos en su reputación cuando crezca.
Fuente: Infosalus.