Tras concluir el juicio por la muerte de la docente y bibliotecaria María de los Ángeles Paris iniciado el pasado 17 de noviembre, este viernes al mediodía se conoció el veredicto del tribunal conformado por los jueces Rafael Coria, Florentino Malaponte y Trinidad Chiabrera, quienes decidieron absolver a los 5 policías imputados al considerar que cumplían con su deber de funcionarios públicos.
Por la muerte de la bibliotecaria de la escuela Gurruchaga de Rosario, ocurrida el 3 de mayo de 2017 en el interior de la comisaría 10ª, fueron imputado. el comisario Silvio Adrián Cortes y la suboficial Susana Beatriz Domínguez, juzgados por homicidio preterintencional, es decir, que tuvieron intención de agredirla y el desenlace fue fatal. En tanto, los agentes que se encontraban junto a ellos en la comisaría, Damián Enrique Zalazar, Silvina Paola Gianotti y Andrea Guadalupe Allovatti), fueoron juzgados por incumplimiento de deberes de funcionario público.
Este viernes, los jueces decidieron, en primera instancia, que quedan absueltos y, según trascendió, consideraron que los agentes actuaron de acuerdo a sus deberes de funcionarios públicos.
Durante su alegato de apertura, la fiscal Karina Bartocci, de la unidad de Violencia Institucional, solicitó la pena de 4 años de prisión para el comisario Silvio Cortés (48) y la suboficial Susana Domínguez (48) y un año de inhabilitación especial y multa.
En tanto, para los agentes Damián Enrique Zalazar (46), Silvina Paola Gianotti (35) y Andrea Guadalupe Allovatti (36), imputados por incumplimiento en los deberes de funcionario público, el monto pedido por la fiscal fue de un año de inhabilitación especial y multa.
Según la teoría del caso que expuso la funcionaria del Ministerio Público de la Acusación ante el tribunal a cargo del debate oral y público está integrado por los jueces Rafael Coria, Florentino Malaponte y María Trinidad Chiabrera, el 3 de mayo de 2017 María de los Ángeles Paris entró a la comisaría de la zona norte a las 21 y fue recibida por Andrea Allovatti porque requería asistencia ante un estado de nervios producto de un intento de robo.
Por las imágenes que constan en el legajo, luego de media hora, la bibliotecaria se fue de la seccional y se dirigió a la Funeraria Oeste, que está enfrente, y tras cinco minutos, regresó a la comisaría, donde permaneció unos segundos y volvió a salir.
Por los datos recolectados en la investigación, Paris caminó por Darragueira hasta Marull, donde intentó subir unas rejas de una casa. Los policías Damián Zalazar y Silvina Gianotti la buscaron, la hicieron subir al móvil policial y la trasladaron hasta la seccional. Al llegar, bajó del patrullero, se sentó sobre un tapial y después se dirigió a otra casa que estaba por Darragueira hacia Maciel.
Cuando la bibliotecaria volvió a irse, Silvio Cortés la tomó del cabello, la sujetó del cuello y la inmovilizó llevándole su brazo por detrás de la espalda junto con la agente Domínguez, quien la agarraba de los pies. De esa forma la introdujeron en la comisaría, donde le colocaron las esposas poniéndola boca abajo, en el piso en de un cuarto de la dependencia. Fue en ese momento, de acuerdo a la acusación, que le causaron lesiones a la mujer, que entró en paro y no recibió la atención médica en el momento.
En ese contexto, la fiscal Bartocci enfatizó que Zalazar, Gianotti y Allovatti recién llamaron al Sies a las 22.10, varios minutos después. Además, omitieron guardar en un depósito o devolver la ropa que llevaba puesta la víctima al momento de su fallecimiento.
Por su parte, la querella representada por los abogados Gustavo Feldman, Liza Feldman y Marcos Peiretti, indicó que adhiere a la acusación del Ministerio Público de la Acusación y enfatizó que se está ante “un típico y grave caso de violencia institucional”.
“Nuestra teoría del caso, además de centrarse en la acreditación acabada del plexo fáctico, hará hincapié y probará esta disparidad salvaje, casi animal, que muestra una víctima inerte e inerme a merced de su predador, de su verdugo. Y para eso estamos aquí hoy, para evitar la impunidad, que a estas alturas, será la única forma de hacer justicia”, concluyó Gustavo Feldman durante su alegato de apertura.



