En Rosario y en la región hay casos de crímenes sin cuerpo. Uno de los más emblemáticos es el de Paula Perassi, vista con vida por última vez en septiembre de 2011 en San Lorenzo. Otro ejemplo, más cercano en el tiempo, es el de Marcelo David Molina, quien se presume que fue asesinado a principios de enero de este año por tres personas que después robaron su camioneta y desvalijaron su casa. Los tres sospechosos actualmente están presos.

Molina vivía en Roldán. El 3 de enero pasado llevó a su hermana al trabajo a las 14.30. Desde allí nunca más se supo nada de él. Su hermana interactuó con Marcelo a través de Whatsapp, pero no era su hermano quien respondía. 

Silvia comentó que Marcelo no solía escribir mensajes de texto por Whatsapp. Generalmente enviaba mensajes de voz. Aquel 3 de enero no regresó a buscarla, como le había dicho. Tampoco atendió el teléfono. Sí escribió para decirle que se había “juntado” con Romina Coronel, una mujer con la que tenía un vínculo

A la hermana de Molina algo no le cerraba. A veces, la intuición no falla. En horas de la noche de ese 3 de enero pasó por la puerta de la casa de su hermano y vio las luces prendidas, algo que le llamó la atención, ya que supuestamente esa misma tarde se había mudado a la casa de Romina Coronel. Se acercó a la puerta y notó que estaba abierta. Entró y vio algo que la hizo suponer lo peor: habían robado su Saveiro, televisores y otros electrodomésticos, salvo un aire acondicionado que estaba prendido. Lo raro también era que Marcelo "había olvidado" las herramientas que utilizaba frecuentemente

Silvia lo volvió a llamar, pero Marcelo no atendió. Entonces le escribió. Marcelo respondió, otra vez, por escrito. “Sí, me olvidé de cerrar. Después veo”, le dijo.

El 14 de enero, Romina Coronel, su hija Cintia Coronel, el cuñado de Romina, Jonatan Kiefer, fueron acusados por el fiscal Adrián Spelta de haber matado a Molina, haber prendido fuego el cuerpo en un predio industrial de Funes y luego haber arrojado los restos a un contenedor de residuos

El cuerpo es imposible de hallar, según sostienen los investigadores. La trazabilidad realizada sobre los camiones de la basura apunta que fue llevado a un relleno sanitario de Pérez, donde el escenario con perros se vio complicado por la cantidad de residuos biológicos que hay allí. 

“Yo pude hablar con los familiares. El cuerpo no se encontró y no se va a encontrar por las circunstancias que prosiguieron después de quitarle la vida”, afirmó Spelta en diálogo con El Tres.

Kiefer, en el momento de ser detenido, confesó haber matado a Molina, según explicó el fiscal al terminar de acusarlo en el Centro de Justicia Penal. De allí y de todos los indicios recolectados en la causa surge la certeza de que el homicidio se consumó y que el asesinato fue el medio para después robar todas las pertenencias del hombre. 

Madre e hija Coronel y Jonatan Kiefer están presos e imputados por homicidios criminis causa, cuya pena en expectativa es la de prisión perpetua. Desde el Ministerio Público de la Acusación se buscará llevarlos a juicio oral y público por el homicidio antes de que termine el año.