Según la última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (2019) hay una gran parte de la población que come alimentos frescos (como frutas, verduras, carnes y leche) por debajo de las cantidades recomendadas y consumen un 40% más de bebidas azucaradas, el doble de productos de pastelería o productos de copetín y el triple de golosinas. Esto genera enfermedades crónicas de varios tipos y problemas de salud mental, que se acentúan en la población con niveles educativos bajos y de menores ingresos, que en muchos casos dependen de asistencia estatal o de alguna institución. Las enfermedades como la hipertensión, la diabetes o la dislipemia son consecuencia de alimentación deficitaria de alimentos secos, los cuales, en general, se distribuyen en los circuitos asistenciales.
En la última sesión del 2024, el Concejo aprobó por unanimidad un proyecto de ordenanza que propone modificar el concepto de alimentación, con calidad en nutrientes, mejores circuitos de producción y distribución locales. El público: cientos de familias que van a los comedores y merenderos cada semana y las beneficiarias de bolsones municipales.
A partir de la aprobación de este proyecto que prevé “soberanía y seguridad alimentaria”, el Concejo encomienda a que el Estado local se ocupe activamente de garantizar el acceso de los sectores más vulnerables a alimentos que sean nutritivos, inocuos y diversos, y a la vez, reducir la distancia entre proveedores y consumidores bajo modos sostenibles de producción, y a través de una diversificación de contratación de proveedores. A eso se sumarán capacitaciones a las familias y a los comedores sobre alimentación sana.
La ordenanza, que fue promovida por el edil del Frente por la Soberanía, Leonardo Caruana, junto a varias organizaciones sociales que trabajan en esta problemática, busca garantizar el derecho a la alimentación sana, a la vez que tendrá una instancia de generación de datos que no solo permita un diagnóstico adecuado, sino también la formulación de futuras políticas en relación con este tema preocupante, ya que en los últimos meses hubo un aumento de la demanda social de un 30 por ciento, así como un incremento del registro de comedores y merenderos oficial en la provincia, según números oficiales de la Secretaría Desarrollo Territorial provincial.
El proyecto procura asegurar la provisión de productos frescos a las organizaciones y personas beneficiarias de ayuda alimentaria fijando una canasta de alimentos saludables a precio fijo en comercios adheridos a través de convenios con almaceneros y autoservicistas de Rosario, empresas productoras locales y de la región, emprendedores sociales y empresas recuperadas.
“La situación alimentaria es alarmante, y no es solo una percepción que tenemos cuando recorremos diferentes barrios. La conferencia episcopal así lo enuncia y claramente los posicionamientos nacionales expresan un nivel de crueldad y deshumanización que dan cuenta de la incomprensión de la gravedad del problema en el presente y sus consecuencias futuras. Nuestro posicionamiento no apunta solamente a discutir la distribución y el acceso. En un contexto como este, nos interesa que se discuta qué tipo de alimento, qué nutrientes y cuál va a ser la responsabilidad del Estado a la hora de abordar la política alimentaria”, expresó el concejal Caruana.
En este sentido, el texto votado por unanimidad plantea la necesidad de atender la problemática causada por el incremento en el consumo de alimentos ultraprocesados en detrimento de los alimentos frescos o mínimamente procesados y el impacto de este patrón de consumo en el aumento del riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles afectando la calidad de vida e incluso la salud mental.
Según el concejal de Frente por la Soberanía y ex secretario de salud, "las decisiones actuales sobre la alimentación de los niños y niñas, además de someterlos al hambre, dejarán consecuencias en el crecimiento y desarrollo para las generaciones de nuestro país en las próximas décadas”.
Cabe aclarar que la Organización Panamericana de la Salud clasifica los alimentos en cuatro grupos: los alimentos sin procesar o mínimamente procesados; los ingredientes culinarios procesados; los alimentos procesados; y los productos ultraprocesados. Esta da cuenta de un incremento en los sectores urbanos y vulnerables en el consumo del último grupo de alimentos, en detrimento de los alimentos frescos o mínimamente procesados y las comidas caseras.
La demanda social a partir del retiro de Desarrollo nacional
Cuando ingresó el proyecto al Concejo en abril pasado, el edil señalaba a Rosario3: "Las epidemias que padece esta sociedad son las enfermedades crónicas que impactan después de los 40 años en los adultos. Estas se producen luego de haber consumido toda su vida alimentos ultraprocesados con altos contenidos de sodio, grasas y altos contenidos de azúcar". La idea nació a partir de una reunión de varios concejales con organizaciones sociales, comedores y pastorales en marzo de 2024, donde todas coincidieron sobre la gravedad del impacto de la quita de sustento desde Desarrollo Humano nacional para abastecer a los vecinos cada semana. Es por esto que el proyecto además encomienda que se realicen las gestiones necesarias para que el Estado Nacional cumpla con la obligación primaria de garantizar el acceso al alimento a toda la población. Según el especialista y exsecretario de Salud municipal, “la soberanía alimentaria tiene que ser debatida por las organizaciones de la sociedad civil, los productores locales y huerteros, con un rol activo del Ejecutivo. Por eso la soberanía alimentaria es una política de integralidad”. Otro aspecto del proyecto para una soberanía y seguridad alimentaria será la capacitación y sensibilización a organizaciones como a personas individuales, con entrega de material informativo, y visitas del personal de salud a las familias. La ordenanza aprobada apunta a garantizar una alimentación que cubra las necesidades energéticas diarias para una vida activa y sana, teniendo en cuenta también los modos de producción y la relación con empresas locales y cooperativas que constituyan valor social y ambiental para la comunidad. La iniciativa fomenta, por otra parte, una instancia de monitoreo y generación de indicadores que permita un diagnóstico adecuado sobre cómo se alimentan los rosarinos, y que serviría a la formulación de futuras políticas alimentarias. El monitoreo de la situación nutricional de lactantes, niñas, niños, adolescentes, personas con celiaquía y personas gestantes, sistematizará articuladamente la información sobre toda clase de asistencia brindada por los distintos niveles del Estado, para detectar zonas que requieran reforzar su cobertura y optimizar los recursos. “Entendemos que la construcción de indicadores que tengan en cuenta el precio de los alimentos, los salarios, los números de la asistencia en los tres niveles, las situaciones territoriales según datos de los efectores públicos nos pueden permitir saber con mayor precisión cuál es la situación y dónde es necesario priorizar”, destacó Caruana. En 2022 se aprobó una ordenanza que crea el Observatorio Municipal del Estado Nutricional de la Población de Rosario (N.º 10.478), y esa sería la autoridad competente para generar los datos. Sin embargo, consultado Caruana sobre el funcionamiento actual o no del mencionado observatorio, dijo desconocer si actualmente el organismo está o no en funciones. Por último, la nueva ordenanza de Soberanía y seguridad alimentaria propone generar mecanismos excepcionales para hacer frente a situaciones críticas puntuales a través de la promoción del Compre Local y la creación de líneas que faciliten y agilicen los trámites de compra de alimentos que realiza el municipio. Destacó que “el concepto de soberanía alimentaria apunta a debatir la calidad de alimento así como también la producción de alimentos frescos, y que el Estado genere mecanismos que estimulen la compra de alimento a las organizaciones locales, y a la vez estimular la producción de alimentos saludables como los huerteros agroecológicos del Cinturón Verde”.Monitoreo para un mejor diagnóstico